El mendigo
Aquella tarde había sido perfecta. Sus acciones en bolsa habían subido un doce por ciento, se había granjeado la amistad del gerente de la...
Era suave el dorado verdor del estío
La claridad de aquel atardecer de un verano tardío. Un verano lleno de runrunes y amagos, salpicado de lunas y amanecidas. Un verano que...
La casa con cuatro puertas
Aquella casa sí que era grande. Y más si teníamos en cuenta el inmenso jardín que la rodeaba y la abrazaba. Todo verde, con...
El gato en el cementerio
El grupo seguía atento las explicaciones del guía. Muy didáctico y muy divertido, aquel hombre hablaba y hablaba y todos escuchábamos y le interrumpíamos...
Los gigantes cabezudos
Érase una vez que se era dos gigantes cabezudos. Vivían en la misma casa, heredada de sus antepasados pues ellos no hubieran sido capaces...
La rana que quería ser princesa
Croac, croac, dijo la ranita joven y verde del estanque estancado.
Croac, croac, croac, contestó la rana madre mirando a su hija de lado y...
Cruce de caminos
El rigor del invierno se estaba yendo con la llegada de una esperada y tardía primavera. El sol iba ganando terreno en aquella tierra...
La princesita
Vino, vio pero no venció. Le faltaron tablas y años de rodaje para poder llegar a dominar la situación. Le sobraron trajes y abalorios...
La guerra que no existía
Bajaban por la cuesta, entre las bodegas y la barrera. Trataban de desviar los rayos del sol que se pegaban a sus rostros en...
El desierto de siempre
Aventurado en aquel desierto, casi rojo, que le quemaba sus pies cansados y hastiados de tiempo y de distancia, metido hasta dentro en el...
El anciano
Ayer, dejándome llevar por la tarde seca y fría de este invierno que no tiene en cuenta las teorías del cambio climático, me senté...
Cuatro damas y un extraño
Cuatro señoras vivían, unas al lado de las otras, en una calle de las afueras de aquella pequeña ciudad. Sus casas, imponentes cuando se...
A la orilla de la ermita
Bajó de noche porque el día era demasiado largo y demasiado lento en su eterno deambular por la montaña. Bajó en medio de las...
Detrás del confesionario
Ya llevaba más de un mes en su escondite de aquella destartalada iglesia. Había encontrado una forma de entrar, buscó el lugar más abrigado,...
El pez de oro
El perro miró al pez. El pez miró al pescador y el pescador miró a su perro. Todos se entendieron. Bastaba una mirada, una...
Si yo fuera ciego, sordo, mudo…
Si yo fuera ciego, vería mucho más de lo que ahora veo.
Si fuera sordo, quizá podría escuchar las voces que ahora no...
El camino del alba
Habían dormido al pequeño abrigo que proporcionaba el bosque. Ahora, los cuatro caballeros, pese a las maldiciones y a las leyendas que inundaban el...