La poesía como hidratadora de olvidos. La poesía como luz para ver el camino de aquellos que tuvieron que dejar sus raíces y sufrir el exilio. La poesía como guía para desmembrar el olvido, para reconocer el dolor de la tierra y de las gentes que la habitaban. La poesía como maleta donde viaja la solidaridad para los que dejaron las semillas de sus antepasados anegadas en el lodo de la partida. La poesía como embajadora de los gratos recuerdos que aún flotan en los minerales del pantano. La poesía esbozando también con su paleta de sentimientos, una esperanza de vida para los que sí iban a aprovechar aquel recogimiento de aguas en detrimento de los anegados muros que para siempre quedaban soportando a los fantasmas del pasado.

Estamos en 3023 (mil años después de que se escriba este texto), y un grupo de turistas, llega al lugar en el cual se erige un memorial al desaparecido pueblo de Oliegos. Desde allí, se otea el pantano de Villameca y todo su entorno. A pesar del tiempo trascurrido, aún se siente el fluir de los enseres, en las manos de los espíritus que allí permanecen cuidando el lodo de sus vidas. Ese fluir,  produce en la superficie de las aguas vientos que emanan desde el fondo de aquella marea artificial,  para crear las corrientes que mueven el alma mineral del pantano. El alma del pantano, formada por todos los que allí quedaron, acaricia en forma de viento a los visitantes. El guía les comenta que es un viento lleno de oxígeno bueno. Un oxígeno milenario que puede sanar la soledad y el olvido.

Neuronada: Este año, en su vigésimo tercera edición, tocó celebrar “Versos a Oliegos” en Quintana de Fon, al lado del río Tuerto, un enclave precioso y natural, con el agua abrazando entre sus olas los versos de cuarenta y nueve escritores que pueblan y llenan ya para siempre el libro recopilatorio, “Quintana: La magia del agua – Versos a Oliegos 2023”. En este precioso libro, queda la presencia, la vida y el trabajo de los que cada año se preocupan de que este acto se celebre y de que queda constancia de la diáspora de los habitantes de Oliegos en un libro recopilatorio. Los autores no podrían elevar sus versos en el libro, de no ser por Armando Ramos García, que coordina cada año la publicación del libro. También siempre presente el periodista y escritor Tomás Álvarez Domínguez. Agradecer también su entrega a Alicia y a su marido Turi de Villamejil. Un gracias monumental a todas las personas que ponen en movimiento el engranaje de la creación y del recuerdo para que no se pierda la memoria de tanta vida.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.