Hola, somos la sangre, nos asomamos a este texto para contaros que allá por el 1972, se pone en marcha la Hermandad de Donantes de Sangre de León, y  sigue en pie, en este 3023, más de un milenio después, ya que aún sigue siendo imprescindible la sangre de los donantes solidarios que generación tras generación, consolidan la existencia de tantas y tantas personas que necesitan el líquido hacedor de vida, para seguir respirando. Sorprenderá ese somos la sangre, pero no debiera, ya que estoy compuesta por varios elementos, a saber: hematíes, leucocitos, plaquetas, plasma. Como curiosidad decir que tengo la vida muy corta, una vez que he sido donada. Los hematíes se pueden conservar a 4º C durante 42 días. El plasma se conserva congelado a -30º C hasta 2 años. Mis plaquetas, pueden durar a temperatura ambiente, 22º C, en constante agitación, solamente 7 días ( He tomado estos tres datos de la revista “Pintaius”, revista oficial de la Asociación-Hermandad de Donantes de Sangre de León, nº 58, publicada en mayo del 2022). Por eso, aunque la humanidad haya llegado a este 3023, gracias a que Naturaleza tuvo la feliz idea de desterrarla bajo Tierra durante un milenio, para paliar los efectos de la huella humana y del cambio climático, no ha podido aún inventar nada que pueda sustituirme, soy el río por el que va el alimento, la energía y la existencia de la vida de los humanos. Siento mucho decirlo, pero sin mi, no existe la vida.

Neuronada: El texto precedente ha querido ser un homenaje a todos los donantes que con su solidaria y desinteresada colaboración, hacen del mundo un lugar mejor. Sin olvidar a toda la familia que forma esta Hermandad, y en este caso en particular, con motivo de la buena recaudación de sangre que hubo el pasado viernes en Veguellina de Órbigo, reconocer también la labor del nuevo delgado D. José Ignacio Castañosa Pellicena.

Si aún no has donado sangre, piensa que soy un líquido hermoso y necesario para que tú sigas asomándote a la rutina cada día. Si un día, me voy por el desagüe de algún accidente o enfermedad y nadie hubiera donado, tú te irías por ese mismo desagüe a criar malvas. Esta reflexión, es hasta egoísta, ya que: ¿te imaginas que tu cuerpo llegara maltrecho a un hospital y por falta de sangre, quedaras en la camilla para la eternidad? Si hay sangre en los hospitales, es por la hermosa solidaridad de los donantes. Hazte donante de sangre, tu propia sangre te puede salvar.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.