En la pupila verde de los árboles,  / sucede el verso. / Sucede el movimiento / que une letras, y las siembra / como palabras. Como palabras. / El agua del Órbigo limpia, / con su risa constante, / el moho que se pega / al poema inacabado.  / En el lomo de las palabras, / donde descansa la rutina, / hay pétalos y huellas / cada viernes de julio en el Órbigo. / Sucede que las huellas de las huellas, / quedan suspendidas en el pálpito del verbo. / Las huellas se hacen palabras, / latidos, escamas, alas / que dejan su silueta, / aprehendida en los labios del universo. / A orillas del Órbigo, sucede la magia. / Sucede que el viento se posa / en el lomo de las palabras y las hace / alimento, oxígeno, néctar, boca. / En julio, a orillas del Órbigo, / hay palabras a espuertas, / litros de versos vienen en las aguas. / Sucede que en julio,  cada viernes, /

a orillas del Órbigo, los latidos / se confunden con las huellas, / y las huellas con los versos. / Los versos, los verbos, las huellas, / caricias para el alma en la ribera. / Caricias y pétalos de vida.

Con el poema precedente, quiero agradecer los diez años que se cumplen en este julio, de “Poesía a orillas del Órbigo”. Hace una década, Tomás-Néstor Martínez Álvarez, XI Premio Internacional “Gerardo Diego” de Investigación Literaria en 2011, tuvo la inspiración de crear este reducto de versos con el trasfondo de los sonidos del agua del Órbigo, de los árboles cuando emocionados, agitan sus ramas al son de las fibras que brotan de los poemas.  Un reducto de magia, donde cada viernes de julio, en un paraje exquisito, los mejores poetas del panorama nacional e internacional, unido a los mejores escuchantes de poesía del mundo, cierran el círculo de la belleza. No exagero, no. Leer y escuchar poesía, es una belleza, donde la verdad y la vida confluyen en armonía. La poesía es un refugio donde el alma mece su latido. La poesía posa las huellas buenas del universo, en quien la escribe y en quien la escucha. La poesía convierte en fiesta la rutina. Por todo esto y mucho más, que sin duda cada cual convierte en su propio combustible, al escuchar las palabras amarradas a los versos, cada viernes de julio, a las ocho de la tarde, acércate a Veguellina de Órbigo. También y gracias a nuestra querida bibliotecaria Helena García Fraile, recibirás un cuadernillo con los poemas de los poetas que hayan intervenido.

Mordida existencial: Dar un mordisco de alegría a cada poeta que nos visitará. El 7 de julio estarán las poetas: Laude Charro, Concha González, Esther Ruvira y Manuela Vidal, componentes del grupo de La Bañeza llamado “En boca de mujer”. El siguiente viernes 14 de julio,  Luís-Alberto de Cuenca, nos deleitará con su lírico lenguaje. El 21 de julio, será el día grande para nosotros, nuestra recién galardonada con el accésit del Premio Adonáis 2016, recitará sus poemas. Y el 28 de julio, para despedir la gran fiesta de la poesía en el Órbigo, estará con nosotros Raquel Ramírez de Arellano. No se puede pedir más.

Si quieres sentir el emotivo baile de los versos en vena, no te olvides de que cada viernes tienes una cita en Veguellina de Órbigo en la gran fiesta de la palabra “Poesía a orillas del Órbigo”

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo