-¡Fíjate Remigio! Si Romualdo estuviera aquí, diría que esta fotografía parece tal mente viva. Comentó Rosa a su amigo mientras le cedía la revista en donde estaba observando la fotografía.

Remigio tomó la revista en sus manos y pegó un respingo. -¡Qué barbaridad! Pobre gente, parece el fin del mundo.

-Para muchos lo ha sido, han muerto, y para otros, el mundo que les queda no es precisamente una balsa tranquila. Comentó Rosalina.

Los tres amigos y moradores de la residencia, estaban preparando un trabajo que les había encomendado la asistente social, que les visitaba con regularidad.

El trabajo consistía en recopilar datos de países en donde la estabilidad y la vida humanas no fueran tan sólidas como las que ellos tres habían tenido y tenían.

Estuvieron barajando varios lugares en donde las cosas estuvieran rotas y más que vivir, se buscara sobrevivir.

La actualidad les había puesto sobre la mesa, un país que está dentro de los más pobres del mundo, Haití. Haití que en el 2011 sufrió un terremoto enorme que dejó destruidas las infraestructuras más necesarias, que dejó sin casa a muchas personas, que padeció una epidemia de cólera por culpa del gran sismo, aún estaba comenzando a reponerse, y ha llegado otro enorme movimiento de la tierra a batir y derruir otra vez, las construcciones externas y la moral de los habitantes.

Mordida existencial: Haití se rompe de nuevo, otra vez llueve sobre mojado, pero contra la naturaleza no hay mucho que hacer. Ella manda. Sin embargo, es mucho más triste que sea el propio humano el que descomponga la vida de sus semejantes. ¿Qué va a pasar en Afganistán? ¿Y Siria? ¿Y Libia? ¿Y…? ¿Y…? ¿Y…? Dejo puntos suspensivos para que puedas añadir en ellos lugares donde la vida y la muerte, siguen unidas por el cordón umbilical que nutre la oscuridad cerebral de la inteligencia mala.

Sin duda, los países en los que la democracia es el sistema de vida, son los que avanzan y van superando la dura prueba de tener que enfrentarse a las vicisitudes diarias.

Desde estas letras desear que los escombros de Haití, sean reemplazados lo antes posible por una vida digna. Pero, lo sé, esto son solo palabras.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.