El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) considera “prioritario” asegurar que los principios de equilibrio ecológico “se garanticen incluso en las condiciones más extremas”.

Señala que el control poblacional “es necesario” y debe compatibilizarse “con otras actividades esenciales” que garanticen una producción agroalimentaria estable y segura.

El Ministerio ha indicado a la Real Federación Española de Caza (RFEC) que considera “prioritario” asegurar que los principios de equilibrio ecológico “se garanticen incluso en las condiciones más extremas”, en respuesta a la petición federativa, del pasado 3 de septiembre, de declarar la caza “actividad esencial” en caso de decretarse un nuevo Estado de Alarma.

La RFEC incidía en su carta en la necesidad de que, en este supuesto, se llevara a cabo la actividad cinegética con normalidad y el MAPA ha señalado que “compartimos el análisis de consecuencias derivadas de un sobrecrecimiento de determinadas poblaciones animales, que es necesario evitar por razones sanitarias, económicas y medioambientales”.

Pese a que Agricultura no puede valorar “la probabilidad de medidas de restricción de la movilidad”, respalda con rotundidad “la importancia de garantizar un equilibrio en las poblaciones de especies silvestres de manera activa, estable y coordinada”, poniendo así en valor el papel de la gestión cinegética y de los cazadores.

Citando como ejemplo “las importantes consecuencias económicas sobre Alemania y el conjunto de la actividad porcina europea” del reciente brote de peste porcina africana en jabalíes alemanes, el MAPA subraya, además, que “el control poblacional es necesario”, debiéndose compatibilizar “con otras actividades esenciales” que garanticen una producción agroalimentaria estable y segura.

El presidente de la RFEC, Ignacio Valle, ha agradecido “la rápida respuesta” del Ministerio “y su apoyo a la actividad cinegética para mantener el equilibrio ecológico, impedir accidentes de tráfico y evitar daños agrarios”.

La conclusión parece ser que la caza podría practicarse en un hipotético nuevo estado de alarma, eso sí, condicionada por las posibles limitaciones de movilidad que habría que valorar en su momento.