El riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta a partir de los 65 años, ya que con la edad se reduce la sensación de calor y sed, por lo que los mayores no toman las medidas adecuadas para prevenir las altas temperaturas y evitar la deshidratación, lo que puede dar lugar a golpes de calor y provocar graves problemas de salud.
Para combatir las consecuencias que el calor extremo puede tener en las personas mayores y conseguir el bienestar de aquellos que viven en sus casas, pero carecen de recursos o adaptación del hogar, y son más vulnerables, ORPEA ha puesto en marcha una acción solidaria en sus centros de Andalucía.
Esta medida, que se llevará a cabo en colaboración con organismos públicos, posibilitará que los mayores puedan trasladarse a la residencia y estar protegidos de los riesgos de las eventuales olas de calor. La permanencia será exclusivamente en los días con picos de calor, siempre que el caso no requiera de cuidados hospitalarios.
Los mayores y/o familiares interesados deberán gestionar esta ayuda a través de su ayuntamiento u organismo local.
Protocolo de actuación ORPEA
ORPEA cuenta con protocolos de cuidado ante las olas de calor, en los cuales están implicados todos los profesionales de las residencias, con el objetivo de identificar los diferentes problemas que puedan surgir y tomar las medidas oportunas.
Entre las medidas que lleva a cabo ORPEA para evitar los inconvenientes relacionados con el excesivo calor, destacan la vigilancia continua de la temperatura de las instalaciones de los centros, el aumento de la ingesta de líquidos o el desarrollo de actividades en zonas resguardadas.
Además, adapta la alimentación y los menús, incorporando alimentos frescos y ligeros, ricos en agua y fibra, como hortalizas y verduras, frutas y cereales.
Cuidados e identificación del golpe de calor
El reconocimiento del golpe de calor en la población mayor es muy importante, porque el pronóstico está directamente relacionado con la rapidez de actuación. No obstante, en ocasiones se ve dificultado porque estas personas tienen varias enfermedades cuyos síntomas se pueden confundir con el golpe de calor. Por esta razón, en ORPEA se realizan talleres informativos a los residentes para identificar el golpe de calor y los cuidados que se deben tener durante la época estival.
Dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las altas temperaturas son los principales síntomas que preceden al golpe de calor. Por tanto, coincidiendo con los períodos de temperaturas más elevadas, ante cualquiera de estos signos se debe pensar siempre en la posibilidad de un golpe de calor, independientemente de que estas manifestaciones, en las personas mayores, se puedan explicar por otros procesos.
En cuanto a los cuidados básicos se recomienda:
- Comer ligero. Consumir mayor cantidad de frutas y verduras y evitar las comidas pesadas y abundantes.
- No tomar alcohol ni cafeína porque deshidratan y dan más sed.
- Usar ropa cómoda, ligera y transpirable.
- Evitar salir a la calle o zonas de exterior en las que hace más calor (de 12:00 a 17:00 horas).
- En la calle hay que protegerse del sol con crema solar, gorras o sombreros para la cabeza y gafas de sol.
- Mantener las estancias frescas y refrigeradas, cerrando las ventanas y bajando las persianas que estén expuestas al sol.
- Caminar por la sombra evitando largos trayectos bajo el sol.
- Al menor síntoma de desfallecimiento o malestar, pedir ayuda. Los dolores de cabeza, mareos, náuseas o dolor abdominal pueden ser provocados por un golpe de calor.