Un año para el recuerdo. Así se puede denominar al año del Real Madrid. El conjunto blanco ha cerrado el 2016 con la guinda del pastel, el Mundial de Clubes. Sin embargo, no podemos dejar de recordar, que la liga y la Copa del Rey se las llevó el eterno rival, el Fútbol Club Barcelona, pero vivimos en una época en la que la Champions lo eclipsa todo.

Desde que Zidane cogió el testigo de Benítez, no todo ha sido un camino de rosas. Sus comienzos fueron difíciles en cuanto a resultados, empeorando los de su predecesor en el primer mes al frente. A partir de ahí, los jugadores comprendieron que algo debía de cambiar, que tenían que remar todos a una para poder conseguir algo grande la temporada pasada. Así lo hicieron. Aunque con un camino más sencillo que el resto, el Real Madrid se coronaba Campeón de Europa en Milán, la undécima. Dentro de unos años todos nos acordaremos del ganador, no del camino que les llevó a ella. La Champions League permitió ocultar en cierta manera los títulos de los azulgrana. En verano, arrancaba una nueva temporada y la oportunidad de Zidane de empezar de cero bajo su estilo. No pudo comenzar mejor la andadura en el nuevo curso. La Supercopa de Europa también caía de lado merengue in-extremis ante el Sevilla. En liga el camino es inmaculado en cuanto a resultados, invictos, al igual que en la Liga de Campeones. El juego, a veces criticado incluso por el Bernabéu, ha quedado en un segundo plano por la impresionante racha de partidos sin perder. Desde la temporada pasada juntándola con esta, son 37 encuentros de manera consecutiva sin conocer la derrota. Esto les ha permitido sumar su quinto torneo mundial, contando la Intercontinental y el Mundial de Clubes. 

A nivel individual, los premios a los jugadores también han caído de lado merengue. Cristiano Ronaldo se ha beneficiado de sus títulos colectivos, Copa de Europa con el Madrid y Eurocopa con Portugal, para conseguir su cuarto Balón de Oro. Y mención especial para Sergio Ramos, el héroe del descuento, el salvador de la Casa Blanca. El capitán que todos querrían tener. Él se lleva el trofeo de la afición. Gareth Bale quizás ha sido el gran olvidado. ha sido también decisivo en momentos apurados dentro del camino hacia las finales y sacando las castañas del fuego más de una vez. El galés ha completado su mejor campaña con su equipo y con su país, con el cual llegó a semifinales.

Así es el Real Madrid de Zidane. Un equipo enchufado, los suplentes dan más incluso que muchos de los titulares. El francés ha conseguido eso, que todos tiren por una misma causa, el equipo, aunque le juego lo pueden y lo deben mejorar.

2016 se cierra con: La Copa de Europa, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, algo por los que muchos suspiran. ¿2017? Veremos.

Juan Lorenzana Prieto @juanlp91

Fotografías: Juan Lorenzana Prieto @juanlp91