Los alemanes dominaron el partido pero no estuvieron acertados ante el gol. Dos goles de Griezmann dieron el pase a la final a la selección gala (0-2). Portugal, que ganó a Gales, será el rival en la final de la Eurocopa 2016.
Esta Eurocopa es el perfecto ejemplo de que el fútbol no entiende de justicia. Ni de buen juego. Alemania fue muy superior a Francia durante todo el partido, pero pese a ello la final la jugarán los galos (0-2). Es la historia que tantas veces hemos visto en este torneo, lo que hace que este sea considerado el deporte rey en el mundo.
Los mejores 45 minutos de un equipo en esta Eurocopa fueron los de Alemania. Ante un rival de la entidad de Francia, y ante su público, los de Löw dieron una exhibición de poderío y personalidad… para irse al descanso perdiendo.
La salida de Francia apuntaba a un partido de poder a poder, con una buena ocasión para Griezmann que exigió al máximo a Neuer, pero pronto cogió el mando del partido el conjunto germano. Con Kroos como eje del equipo y Özil haciendo mucho daño en la mediapunta, las ocasiones empezaron a llegar. Primero fue un remate de Müller que se perdió desviado, después un remate de Emre Can que obligó a lucirse a Llloris, y después un lanzamiento de Schweinsteiger que obligó al portero galo a lucirse nuevamente.
El dominio era total, absoluto, y el conjunto anfitrión estaba contra las cuerdas. Suplicando el descanso. Con ganas de pasar por los vestuarios para tratar de aclarar las ideas y pensar cómo hacer frente al rodillo alemán. Y en estas que llegó un córner cuando la primera parte agonizaba, Schweinsteiger tocó el balón con la mano y el árbitro señaló la pena máxima. Griezmann no perdonó y el público galo festejaba, mitad perplejo, mitad eufórico, la victoria momentánea de su selección.
Alemania acusó el golpe, y un par de contragolpes galos estuvieron cerca de sentenciar al poco de reanudarse el partido. No fue así, y Alemania volvió a coger el mando del partido, pero esta vez de manera demasiado mecánica, sin brillantez ni ideas. El partido estaba donde quería Francia y la sentencia llegó en un error garrafal de Kimmich que recogió Pogba y su centro, mal despejado por Neuer, no tuvo más que empujarlo al fondo de la red Griezmann.
Alemania tenía algo menos de 20 minutos para marcar dos goles, y fieles a su espíritu no se rindieron. Las ocasiones llegaron una detrás de otra. Un disparo de Kimmich que dio en el palo, un remate de Howedes, una falta de Drexler, otro remate de Kimmich, un cabezazo de Götze… y el gol que no llegó. Alemania, de manera increíble, se iba del partido sin marcar, Francia jugará la final de ‘su’ Eurocopa el domingo ante Portugal.
Raúl Rioja
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