La investigación está liderada por la Universidad Complutense y ha estudiado las relaciones de parentesco de 58 individuos inhumados en la submeseta norte de la península ibérica durante las edades del Cobre y el Bronce. A excepción de la hermandad hallada en el yacimiento arqueológico de Tordillos (Salamanca), en ningún otro caso se encontraron vínculos familiares entre los individuos inhumados de forma conjunta.

Enterramiento triple del Bronce Tardío en La Requejada

Con el objetivo de conocer el peso que se daba a los lazos genéticos, un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha estudiado las relaciones de parentesco de 58 individuos inhumados en enterramientos múltiples -2 o más personas- de la Edad de Cobre y de la Edad de Bronce (de 4000 a 2000 años a.C. aproximadamente) en la submeseta norte de la península ibérica –lo que hoy corresponde a Castilla y León-.

Durante la Edad de Cobre no se han observado relaciones de parentesco cercano en ninguno de los 4 yacimientos estudiados y durante la Edad de Bronce se observan una relación de maternidad en una mujer embarazada (Los Tolmos, Caracena, Soria), y una posible relación de hermandad en otro de los yacimientos (Tordillos, Salamanca).

Podríamos decir que el hecho de compartir parentesco cercano no era un criterio primordial para enterrar los cadáveres juntos durante el Calcolítico y la Edad de Bronce

Sara Palomo Díez, investigadora de la UCM

En el caso de la maternidad, al consistir en realidad en una mujer embarazada y su bebé, aún no nacido, el hecho de hallarlos enterrados en la misma tumba es puramente casual por la circunstancia del embarazo, y no por una cuestión cultural.

“Podríamos decir que el hecho de compartir parentesco cercano con un individuo no era un criterio primordial a la hora de enterrar los cadáveres juntos durante el Calcolítico y la Edad de Bronce en esta región, por lo que debieron existir otras razones de carácter social, cultural o de necesidad puntual, que llevaran a enterrar a esos individuos en la misma sepultura”, explica Sara Palomo Díez, investigadora del departamento de Medicina Legal, Psiquiatría y Patología de la UCM.

Extracción de ADN y marcadores genéticos

Para llevar a cabo el estudio, publicado en Genealogy, se seleccionaron 10 yacimientos de la actual región de Castilla y León (4 yacimientos del periodo Calcolítico y 6 de la Edad de Bronce). En total, se analizaron genéticamente dos muestras de cada uno de los 58 individuos para replicar los resultados, de acuerdo con los criterios de autenticidad del ADN antiguo.

Tras la extracción de ADN se estudiaron marcadores genéticos nucleares (STRs autosómicos), tales como los empleados en genética forense para establecer relaciones de parentesco cercano; así como ADN mitocondrial, que nos informa sobre el linaje materno, es decir relaciones de parentesco, pero más alejadas en el tiempo.

No se han llevado a cabo tantos estudios sobre las relaciones de parentesco cercano y su comparación con patrones de enterramiento, y la cultura funeraria

Sara Palomo Díez

El trabajo se ha venido desarrollando desde el año 2010 y ahora ha tocado su fin; aunque no se descartan ampliaciones que completen el conocimiento en un futuro.

“La mayor parte de estudios sobre ADN antiguo se han venido centrando en el ADN mitocondrial, con la finalidad de estudiar migraciones y movimientos poblacionales. Sin embargo, no se han llevado a cabo tantos estudios sobre las relaciones de parentesco cercano y su comparación con patrones de enterramiento, y la cultura funeraria”, destaca la investigadora de la UCM.

Hasta la fecha, existían publicaciones sobre yacimientos particulares en la Edad de Bronce en el sur de la península ibérica y en cuanto a los estudios sobre el Calcolítico, estos estaban más centrados en otras zonas de Europa, por lo que este trabajo es el primero con un número considerable de yacimientos y de individuos en esta región de la península.

Muchas veces asumimos que la relevancia del núcleo familiar biológico que existe en la actualidad siempre fue tal y como la conocemos ahora

Sara Palomo Díez

“Muchas veces asumimos que la relevancia del núcleo familiar biológico que existe en la actualidad siempre fue tal y como la conocemos ahora. Sin embargo, aquí vemos un ejemplo en el que la razón por la que estas personas eran enterradas juntas, nada tenía que ver con ningún vínculo de parentesco cercano. Así, podemos aproximarnos un poco más a la cultura y la comprensión del comportamiento social de aquellas poblaciones”, concluye Palomo Díez.

Además del grupo de investigación de la UCM, que es también grupo de Ciencias Forenses, Genética y Toxicología del Instituto de Investigación del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC), en el trabajo participan las universidades de Salamanca –la cual llevó a cabo el estudio arqueológico y antropológico, y la Universidad Tor Vergata de Roma.

Fuente:

UCM
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