Los doctores Adolfo Gutiérrez y Alejandro Rabanal, especialistas en Anestesiología y miembros de la Unidad del Dolor, han aplicado por primera vez una triple terapia a un paciente inoperable al que esta patología degenerativa “ya le impedía caminar” • Se trata de una buena alternativa para aliviar el dolor crónico y mejorar la movilidad articular con una duración variable del efecto analgésico que “puede llegar a los doce meses”.

 

León_16 de junio de 2023_ Los doctores Adolfo Gutiérrez y Alejandro Rabanal, especialistas en Anestesiología y miembros de la Unidad del Dolor del Hospital San Juan de Dios de León, han llevado a cabo una triple terapia en un paciente con una artrosis de rodilla muy severa que, en sus propias palabras, “ya le impedía caminar”.

 

En este sentido, y tras descartarse la prótesis por sus comorbilidades, se le ha aplicado radiofrecuencia pulsada de forma intraarticular, así como sobre el nervio safeno, que “recoge la sensibilidad de la cara interna de la pierna”. Un doble abordaje innovador y mínimamente invasivo al que, en un tercer momento, se ha unido el bloqueo neurolítico de los geniculados para anestesiar las ramas terminales sensoriales que inervan la articulación de la rodilla.

 

“Es la primera vez que llevamos a cabo esta triple terapia en el Hospital”, ha explicado Gutiérrez sin descuidar el objetivo último de la intervención: “disminuir el dolor y aumentar la movilidad de la articulación de una manera importante para ver mejorada la calidad de vida”.

 

Con frecuencia los pacientes con artrosis de rodilla, una patología que es degenerativa, son remitidos a las unidades de dolor crónico cuando no responden a los tratamientos convencionales (analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos y corticoides) y/o se encuentran a la espera del reemplazo articular. En este punto, la radiofrecuencia se revela una buena alternativa para aliviar el dolor crónico e incrementar la funcionalidad con una duración variable del efecto analgésico que “puede llegar a los doce meses”.

 

Este método utiliza el calor generado por las ondas radioeléctricas para dirigirse a nervios específicos e interfiere temporalmente en la capacidad de enviar señales de dolor al cerebro. Recientes estudios han demostrado que este tratamiento ocasiona modificaciones a nivel microcelular y en la membrana celular de las neuronas consiguiendo la modulación en la transmisión del estímulo doloroso.