Un encaje negro de duelo, cubre mi cabeza, por supuesto no es visible, pero se me ha colocado dentro desde que supe de la muerte de Mahsa Amini. Esta muchacha de 22 años que iba con su hermano paseando y fue abordada por la policía de su país, Irán, ya que según ellos, llevaba mal colocado el pañuelo que cubría su cabeza. Pero no solo fue abordada, fue golpeada y llevada a la comisaría donde la golpearon hasta producirle un coma, después de tres días murió. A la familia y a los medios se les ha dicho por parte de los asesinos, que se desmayó en comisaría. A raíz de esta muerte, la sociedad iraní ha salido a la calle, protestando por la enorme represión que sobre la sociedad en general y sobre las mujeres en particular, está sufriendo el pueblo del país. Hay 71 médicos que le han pedido al forense que dictaminó la muerte por paro cardíaco, que se retracte, ya que el cadáver presenta hematomas por todos los lados.

En este capítulo del hogar de la vida, vamos a conocer cómo unos alumnos de sociología del año 3022 (soy optimista, aunque no puedo prometer que el hombre llegue al próximo milenio), intenta explicar o explicarse el dolor que le produjo la lectura del recorte de prensa del año 2022,  que su profesora entregó en clase para que elaboraran un trabajo de análisis.

Mahsa Amini, tenías toda la vida por delante, estabas en la rampa de salida hacia nuevos proyectos. ¿Qué misteriosa y oculta espiral de horror, sacude a una persona para dar golpes, hasta acabar con la vida de otra persona,  sin haberte hecho absolutamente nada? ¿Es posible que la humanidad no haya aprendido nada durante su larga evolución? No puedo entender qué mecanismo mueve a una mente para que su cerebro emita órdenes de producir dolor a un semejante o a cualquier ser o a la naturaleza misma. No entiendo cómo se pudo llegar en el segundo milenio, en el que el hombre había descubierto tantas cosas buenas y la ciencia había desarrollado medicamentos para reducir muchos síntomas, a las aberraciones de las guerras, al    desbarajustado reparto de bienes entre seres, se entiende racionales. No he podido, Mahsa Amini dejar de pensar en todo el viaje de vida que dejaste de hacer. No puedo decirte nada más que lo siento, siento pertenecer a esta raza de cafres. Todos en el aula se miraron, las lágrimas aflorando, y los corazones en un latido unísono hicieron vibrar la conciencia colectiva. Su compañero había expresado muy bien, lo que todos habían sentido al leer el recorte para elaborar su trabajo de clase.

Neuronada: No tengo palabras, solo le digo. aunque no me oiga, a Mahsa Amini, que al escuchar la noticia en la radio, se me ha ido un trozo de alegría por el abismo del dolor.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.