-Yo fui consumidor de prostitución. Eso fue hace muchos años. Y ahora creo que la prostitución debería ser abolida.

Quien hablaba así era Remigio, en el taller que los jueves, tenían en la residencia para debatir y presentar los trabajos que les proponía la asistente social.

– Estoy de acuerdo. Dijo Rosalina. La prostitución, desde mi punto de vista es la mayor negación de la persona. Es tratar de mercancía a cualquier ser humano, sobre todo a las mujeres que son las que las que más la padecen.

Rosa se removió en su asiento para decir: -La mayor bajeza y humillación que un ser puede padecer, es que le anulen como ente propio e íntimo. Una persona prostituida, que en general es una mujer, o lo que es peor aún, una niña, no tiene forma de poder quererse ni un poquito, dado que le es arrebatada totalmente su libertad, le es anulada su identidad, y solamente se la mira como esclava o sierva. Estoy de acuerdo con la autora del libro “La revuelta de las putas, de víctima a activista” de  Amelia Tiganus que hemos leído y que nos ha traído a este debate. La prostitución debe ser abolida.

-Pero creo que están ahí sin que nadie las obligue. Se oyó a alguien.

Todos volvieron la cabeza. La conversación se volvió interesante.

– Ahora es cuando cada uno debe afianzar las razones que le llevan a su propio pensamiento y rebatir con total respeto al que piense distinto. Estamos ante un tema muy escabroso y no buscamos ni enfrentamiento ni polémica, solo debemos exponer nuestras ideas igual que el otro expone las suyas. Así comentó la asistente social a todos los que estaban en la sala, para que el debate no se fuera por los cerros de Úbeda. Se miraron unos a otros sonriendo, aquella muchacha les metía en cada  berenjenal… Pero gracias a ella, los jueves estaban siendo el mejor día de la semana. Se habían acostumbrado poco a poco a ir soltando lo que llevaban dentro y que por tantos motivos, no se habían atrevido a sacar en su vida anterior.

Mordida existencial: El libro de Amelia Tiganus titulado “La revuelta de las putas, de víctima a activista” es, según mi humilde opinión un libro de lectura obligada para entender el mundo, submundo, e inframundo en donde están metidas millones y millones de mujeres y niñas en este planeta. También le dedica buenos e instructivos párrafos a los puteros y proxenetas. Abolir la prostitución debería estar en el número uno de la agenda de los políticos, ya que la prostitución es el mayor cáncer que padecemos como sociedad. Es urgente una vacuna antiprostitución para salvar la mayor dotación que tenemos como individuos, la dignidad. Sin dignidad, la persona está padeciendo in-vida crónica hasta que la muerte (que suele llegar pronto), la salve.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.