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Como ya habíamos dicho en este medio, lo previsto. Muy pocas perdices y también pocos conejos han sido abatidos en la primera jornada de caza menor en Castilla y León. Bueno, lo de las perdices ha sido general, lo de los conejos, por zonas.

Las previsiones eran esas, que el campo tenía pocas perdices porque la crianza no había contado con la climatología adecuada. Por el sur, en otras comunidades autónomas, también hay menos perdices este año, y los cazadores hablan que la culpa la tiene “el mosquito”. Aún no tenemos información al respecto, pero solo faltaba un nuevo problema añadido a nuestras reinas de la caza. Menos mal que todos los movimientos ecologistas subvencionados se preocuparán mucho de la salud de las perdices, estamos salvados.

Por otro lado, el despiste ha sido general respecto a la burocracia y a las fichas de control de capturas. Muchos cotos ni se han enterado. Otros pretenden enviarlas a Medio Ambiente cada dos semanas.

Bueno, pues no hay que hacer tantas cosas. Debemos cumplimentarlas y enviarlas quincenalmente al titular del coto para que las custodie durante dos años, por si los Servicios Territoriales de Medio Ambiente las solicitan. Las fichas de control de capturas servirán para hacer la memoria anual de capturas.

Una burocracia absurda que complicará la gestión de los acotados. No se han dado cuenta de la movilidad de los cazadores y las dificultades de contactar periódicamente con los titulares de los cotos.