Con la segunda vuelta ya en marcha, el margen de error de los equipos se reduce al máximo. Y para el Patatas Hijolusa, que es de los que va a la caza de sus rivales en la carrera por las cuatro primeras plazas del grupo, cada partido en casa va a ser una final. Imponerse a domicilio en un grupo tan igualado como éste es muy complicado y, por eso, ganar los partidos de casa es casi una obligación. Y mucho más si quien llega al Palacio de Deportes de León (sábado 25 de enero, 17:00 horas) es uno de sus rivales directos en esa carrera por la fase de ascenso, el Ynsadiet Leganés.

Las visitantes tendrán la ventaja de contar con una plantilla mucho más larga que el Patatas Hijolusa que ya tenía un plantel ajustado y tras el parón navideño lo es aún más, sin Claudia Aponte. La ausencia de la paraguaya ha obligado a la entrenadora del Patatas Hijolusa, Bea Pacheco, a contar con la cantera y las jugadoras del equipo filial empiezan a tener minutos de calidad.

Para este encuentro la receta para llevarse la victoria no cambiará de la que fue necesaria en los anteriores choques en casa contra grandes del grupo como el Ibaizabal o el Baxi Ferrol: defensa e intensidad durante los 40 minutos porque las del sur de Madrid llegarán dispuestas a poner un ritmo muy alto al partido como el que emplearon en la primera vuelta para endosar la primera derrota de este curso al Patatas Hijolusa.

El Ynsadiet Leganés es un equipo que destaca por la fuerza de su bloque, aunque con dos jugadoras que destacan por encima del resto, la montenegrina con pasado en el Pajariel de Bembibre Kristina Rakovic y la estadounidense Imani Tate, aunque con una batería de jugadoras –entre ellas la ‘ex’ del Patatas Hijolusa Vicky Viñé- como Alba Prieto o Lina Pikciute que siempre obligan a un esfuerzo extra al equipo rival.