Europa debe definir su red básica ferroviaria transeuropea en 2023, para que pueda ponerse en servicio en 2030 y salvo la aprobación por unanimidad de una moción de Coalición en Común, ninguna institución está moviendo un dedo por diseñar como será el servicio ferroviario en la provincia para esa fecha. Va siendo hora de abrir un debate serio sobre qué hacer y qué importancia tendrá el tren en León. Si conservaremos nuestra tradición ferroviaria o se seguirán practicando cierres y recortes de servicios como hasta ahora.

Queremos hacer reflexionar sobre estas cuestiones porque mientras el PP ha utilizado el AVE como reclamo electoral, 6000 empleos ferroviarios se han perdido en la provincia en los últimos años. Los talleres de motor y remolcado de León están heridos de muerte, el servicio a los pueblos dado por el tren convencional se encuentra en proceso de liquidación y la vía estrecha puede desaparecer, se integre o no. Mientras tanto, se abandona el Complejo Logístico de Torneros como inversión pública para preservar sus empleos, a la espera de que un Florentino Pérez le vea rentabilidad y su carga de trabajo siga trasladándose a los talleres construidos en tiempo record en Vigo y Valladolid.

La infraestructura ferroviaria por tanto, se compondrá, entre otros elementos, de todas las líneas ya sean consideradas de alta velocidad o convencionales, en servicio o cerradas hoy al tráfico, las estaciones e intercambiadores para personas en el ámbito de las grandes aglomeraciones y en el ámbito rural, las plataformas intermodales para mercancías, la electrificación de todas las líneas, los aparatos de vía para el cambio automático de ancho, la señalización ETCS, o sistema europeo de control de trenes, la administración de la circulación ERTMS, o sistema europeo para la gestión del tráfico ferroviario, y los trenes con rodadura desplazable capaces de circular por los diversos anchos, pero siempre tomando en consideración que la infraestructura debe ser eficiente para la circulación de todos los tipos de trenes, de personas o de mercancías, reduciendo el impacto ambiental e incrementado la interoperabilidad entre las diversas instalaciones preexistentes que hay en los diferentes Estados Miembros de la Unión.

Por el territorio de nuestra provincia discurre las líneas ferroviarias que unen la meseta con Asturias y Galicia desde y hasta Palencia, Valladolid, Barcelona y Madrid, la antigua Vía de la Plata, cuya reapertura se reivindica con fuerza en las localidades que se beneficiarían de la misma, y la vía estrecha desde la capital hacia Palencia y el País Vasco. Así mismo se observan carencias que podrían subsanarse creando un servicio de cercanías por ferrocarril que uniese León con Ponferrada y Sahagún, aprovechando o reabriendo todas las paradas de la provincia. Finalmente está sobre la mesa la necesidad racional, negada por la Junta y obviada por el Ministerio de Fomento, de dotar de una conexión entre León y Bragança por carretera, que en buena lógica y con ánimo de crear un pasillo de intercambio comercial, debería tener un carácter intermodal con un espacio ferroviario de pasajeros y sobre todo de mercancías entre la provincia y el norte de Portugal.

Es el momento para que partidos, sindicatos y asociaciones en defensa del ferrocarril elaboren una propuesta que después se asuma por la Unión Europea. Si en León no nos movemos nos impondrán el modelo, y esta opción solo puede ser más recortes, privatizaciones y ninguna nueva inversión o reapertura de líneas en la provincia. Lanzamos el reto.