Izquierda Unida ve necesario fomentar la creación y consolidación de empresas de economía social ligadas a proyectos estratégicos en sectores emergentes y generadores de empleo; entre los que se podrían destacar los de carácter agroalimentario, energético, cultural, medioambiental, de turismo sostenible, dependencia, etcétera.

Igualmente hay que apoyar e incentivar el desarrollo de actividades formativas previas relacionadas con el conocimiento, la puesta en marcha y gestión de empresas de economía social, la prevención de riesgos laborales, la sostenibilidad, el fomento de la igualdad de oportunidades, la implantación de nuevas tecnologías y el desarrollo de buenas prácticas empresariales y laborales.

La Coordinadora provincial de IU, Eloina Terrón, señala que  la diferencia fundamental entre las empresas capitalistas tradicionales y las de economía social es que éstas se gestionan de acuerdo con un espíritu democrático, lo que traslada una connotación de colectividad, de solidaridad, de implicación y de creatividad. Son estos valores los que hacen aún más importante a esta forma de hacer empresa que es la economía social, en estos momentos de crisis económica, financiera y, también, de carencia de acceso al trabajo.

Terrón cree que la Junta de Castilla y León debe ayudar a las sociedades laborales y cooperativas que quieran fundarse en Castilla y León, sobre todo las agroalimentarias, para asentar población en los pueblos, como ha solicitado el Consejo Económico y Social, y fomentar el cooperativismo no sólo con buenas palabras sino con hechos.

Para IU es innegable que las empresas de economía social son las que mejor se adaptan, por sus peculiaridades, a épocas de recesión. La creación de empresas sustentadas en una base de capital humano, formación, creatividad e innovación, apegadas al desarrollo local con fines últimos de carácter social y regido por principios democráticos se constituyen en instrumentos económicos y sociales de gran calado para generar riqueza y cohesión social.

Las cooperativas de trabajadores potencian las oportunidades de empleo de los grupos o personas que se enfrentan, en cuanto a recursos humanos, a situaciones coyunturales o posiciones estructurales de debilidad ante el mercado de trabajo. La instalación de empresas y de negocios promovidos por los propios trabajadores es uno de los instrumentos de creación de empleo que pueden concebirse como estrategia de desarrollo tanto personal como territorial.

La formación de un tejido empresarial en economía social cada vez mayor, más consolidado y en permanente adaptación a las condiciones de la competencia y con una mayor capacidad para generar empleo, es un factor esencial en el desarrollo económico, local y social, y una posibilidad de fijar población, tan necesario en nuestra provincia.