Un duelo de máxima rivalidad en el peor momento. Así llega el Francia – España de este martes. Cuando los equipos se están jugando las castañas, el caprichoso, por llamarlo de alguna manera, calendario ha decidido que se juegue este tipo de encuentro.

Rivalidad histórica aparte, un duelo de máxima exigencia no se puede ver empañado por esos hombres feroces de dinero. El anuario futbolístico está plagado de partidos, muchas veces sin sentido, como la Copa del Rey a doble partido. Eso hace que no se encuentren fechas decentes para un partido aplazado y que no puedan venir en peor momento los famosos parones de selecciones.

Clubes llamando a Federaciones, acuerdos de minutos encubiertos, repartos desiguales de los mismos…Todo esto flota en el ambiente y sucede, una vez más, por la sobrecarga de fechas recaudatorias sin límites. Cualquier lesión muscular, ahora mismo, puede descalabrar una temporada. A nadie le importa eso. Solamente importa lo que puedan ganar unos cuantos con una visita a cualquier país, incluidos países dictatoriales como Guinea Ecuatorial.

Algo que funcionaba en el baloncesto, con una fase continua y sin parones incómodos ni saltos de calendario indetectables para el espectador medio pero, para variar, lo que funciona se cambia, y ahora se repartirán a lo largo del año los días para estas fases clasificatorias.

El afán recaudatorio no tiene límites. ¿Tan difícil sería poner en un mes todos los partidos de clasificación para mundiales, eurocopas y demás competiciones de verano? ¿Tan difícil es reducir algo el calendario para una mejor distribución?…Lamentablemente, vende más un Getafe  – Osasuna a las 22:30 de la noche con el estadio vacío, que un domingo a las 17:00 todos los partidos como antes.

¿Cuánto queda para ver algún partido contra Corea del Norte allá? Me temo que no mucho, dependerá de los ceros a la derecha.

Juan Lorenzana Prieto @juanlp91