La concejala de Familia y Servicios Sociales, Aurora Baza, ha presentado la Campaña de sensibilización en centros escolares ‘Sin prejuicios en la lengua’. Una iniciativa de la Comisión de Sensibilización, Ocio y Tiempo Libre del Consejo Municipal para la Discapacidad ideada por cuatro alumnas de 4º curso de Educación Social que incluirán charlas y coloquios en los centros educativos de la ciudad.

La concejala de Familia y Servicios Sociales, Aurora Baza, ha presentado esta mañana la Campaña de sensibilización en centros escolares ‘Sin prejuicios en la lengua’. Un proyecto de cuatro alumnas de Educación Social (Laura Álvarez, Beatriz Berciano, Andrea Gómez y Montserrat Vega) que ha contado con el apoyo del Consejo Municipal para la Discapacidad a través de la Comisión de Sensibilización, Ocio y Tiempo Libre, que lo ha puesto en marcha.

En la presentación han participado las representantes de las asociaciones que desarrollarán esta campaña: Mamen Robles, de Asprona León; Ana Cristina González, de Aspaym Castilla y León; Julia Irene Gutiérrez, de Esclerosis Múltiple León; Noemí González, de Alfaem León; Yesica Alonso, de Amidown León; y Raquel Soto, de Autismo León.

Aurora Baza ha señalado que “aunque la discapacidad ha dado un paso significativo en los últimos años, el gran reto en estos momentos es cambiar aún más la imagen que se proyecta sobre las personas con discapacidad, erradicando los términos despectivos, como por ejemplo el lenguaje utilizado por la sociedad para referirse a este colectivo”. La concejala añadió que la meta de esta campaña dirigida a alumnos de 5º y 6º de Primaria es “transformar el lenguaje de la población escolar para lograr que cambie su percepción sobre las personas con discapacidad y así conseguir una sociedad inclusiva”.

La concejala ha explicado que “vivimos en una sociedad diversa y cambiante, en la que las profundas transformaciones se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, afectando éstas a todos los ámbitos. El mundo de la discapacidad no es ajeno a estos cambios, que van desde la terminología utilizada hasta la calidad de vida de estas personas. No obstante, estas transformaciones no son suficientes”.

El proyecto de esta campaña da algunos ejemplos de los términos que podrían ser lesivos para este colectivo:

  • Se utilizan etiquetas genéricas para los grupos de personas con discapacidad, como ‘los sordos, los ciegos, los enfermos…’. Lo razonable es poner el énfasis en las personas, no en las discapacidades. Se debería decir ‘personas que tienen…’.
  • Sustantivamos adjetivos como ‘discapacitado’, cuando deberíamos utilizar otros términos menos absolutos poniendo la palabra ‘persona’ delante. Se debe decir ‘persona con discapacidad’ o ‘persona con Alzheimer’.
  • Fuera y dentro del propio colectivo, se usa la palabra ‘normal’ cuando se compara a la persona con discapacidad con otro individuo o colectivo social. Ejemplo: las personas con discapacidad tienen menos oportunidades de trabajar que las personas normales. Es imprescindible ver a estos ciudadanos como diversidad social y entender que, en muchísimas ocasiones, una buena parte de las limitaciones que tienen proceden de la propia sociedad y no de su discapacidad. Se debe decir “personas sin discapacidad” en vez de “personas normales”.
  • También se usa con cierta frecuencia la palabra ‘postrado’ (está postrado en una cama o en una silla de ruedas), cuando el verbo postrar, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa “Rendir, humillar. Enflaquecer, debilitar, quitar el vigor, arrodillarse…”. Se debería utilizar otro tipo de verbos como “es usuario de silla de ruedas” o “está en una cama”.
  • Se utilizan eufemismos condescendientes como “personas diferentes”, “con problemas físicos”, “físicamente limitados”, “invidentes”, y diminutivos como “sillita” o “carrito” para referirse a la silla de ruedas, o “taca taca” para definir un andador. Todos estos términos impiden mirar a la discapacidad de frente. Lo correcto sería hablar de “personas con discapacidad física o con problemas de movilidad” o “personas con discapacidad visual”.
  • Se presentan en los medios de comunicación a las personas con discapacidad que han tenido éxito como si fueran súperhombres o súpermujeres. La superación de las múltiples barreras que impone la discapacidad y la sociedad requiere de circunstancias personales, culturales, educacionales y afectivas muy específicas que no todo el mundo está en condiciones de poseer.
  • Se perpetúan otro tipo de confusiones como la de seguir utilizando “discapacitado psíquico” para referirse a personas con discapacidad intelectual o a personas con trastornos o enfermedades mentales indistintamente, cuando ya se definen de un manera mucho más exacta las distintas discapacidades, incluso dentro de cada colectivo (síndrome de Down, autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar, etc.). Se recomienda utilizar los términos genéricos “discapacidad intelectual y discapacidad psíquica” y “personas con enfermedad o trastorno mental”.
  • Otro término inadecuado es “sordomudo”. Se debe utilizar “personas con deficiencia auditiva”.

Para poner en marcha esta campaña se ha formado al personal de las distintas asociaciones que van a impartir charlas en los centros educativos. En estas charlas el objetivo es concienciar al alumnado de la utilización actual del lenguaje en este ámbito mediante el empleo de diversos recursos.