caca de perro

-¡Vamos Runa! Que te paras a cada paso hija. ¿Qué te has metido en la boca? ¡Sácalo, venga se buena chica! Pero la perra ya no podía sacarlo, se lo había tragado.  A saber qué te has tragado, cualquier día tenemos un disgusto.

Siguieron el paseo hasta que Runa, se quedó plantada, ladró sin fuerzas y se tumbó. -¿Pero qué te pasa perrina? La tomó en brazos y la llevó al veterinario con el alma en un puño, Runa parecía irse, sin fuerza ni alegría en la mirada.

-Hubo suerte, si tardas un poco, se le perfora el intestino y no hubiéramos podido hacer nada por ella.

-¿Pero qué le paso? Estaba muy bien y así de repente se pone tan enferma.

– Enferma no es la palabra. ¿No la viste comer nada?

-¡Sí! En el paseo, anduvo olisqueando un papel y creo que se lo tragó, pero cosas peores que el papel se ha tragado.

-Ya, pero dentro de ese papel, debía haber un cristal roto, que le rasgó el intestino y le provocó una hemorragia interna. Mira, esto ha sido la causa. Le mostró un trozo de cristal.

– ¿Y para qué están los contenedores? ¡No hay urbanidad, ni educación!

– Eso mismo pienso yo, dijo el veterinario…, por desgracia solo hay que mirar para las calles. El día que todos dejemos nuestros propios desperdicios en los contenedores, seremos más libres y más independientes. La gestión que cada uno hacemos con nuestros detritus dice mucho de quienes y cómo somos.

Mordida existencial: Da pena observar como a veces, delante de ti, cuando vas por la calle, alguien tira al suelo, una colilla, un papel, o cualquier otro elemento que tiene que ir a la papelera. En una ocasión escuché a una persona decirle a otra: “Perdone, se le ha caído el envoltorio del caramelo” y se lo entregó en la mano. La persona que lo había tirado, muy despectivamente le encasquetó: “Perdone usted, ¿pero qué sería de los empleados de limpieza si yo no colaborara con ellos, ofreciéndoles trabajo?

-Vete a por otra si no has tenido bastante, oí comentar a otro transeúnte que circulaba por allí.

Así, pensé yo, no vamos a ninguna parte. Por eso la mordida de este escrito va para todas las personas, muchas, que tienen educación, urbanidad y van por el mundo respetando.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.