Las paredes oyen, las paredes hablan, / las paredes escuchan versos, / conmovidas y alentadas. / Hoy es primer jueves de mes, / y en Ékole se apaga la sed. / La sed de palabras,  la sed de habitar. / Habitar en una casa poema, / largo poema, / poema de todos, poema de nadie. / Aquí en esta casa de cócteles, / las palabras toman, para aliviar la sed, / sus propios caminos. Caminan, / en boca de los escribidores / amortiguando en versos, / la sed de aliento, de sensatez, de vida. / Se escuchan oraciones griegas, / oraciones de poetas que han surcado el viento. / Oraciones libres, que respiran, / oraciones de jóvenes poetas, / poetas mayores. Poemas / de poetas de poetas. Poetas. / ¿Qué cantan los poetas en Ékole? / Cantan alas perdidas, silencios, / rotos corazones, risas, estupores. / Cantan a la vida en la vida, / así se va formando un tejido inmortal, / que va forrando sus paredes. / Aquí, en Ékole, la poesía ha dejado / su pulmón de belleza. Ha dejado / su hígado limpiador. Ha dejado / ritmo en el sabor de los días. Ha dejado / átomos de extraordinaria convivencia.

           Cada primer jueves de mes, en Ékole, establecimiento sito en el corazón del León de siempre, las fibras de las musas, se enredan entre sí, para dar cabida a la poesía en estado puro. El pasado jueves, cinco de octubre, se celebró una fiesta preciosa para conmemorar los dos años de vida de “Ékole poétique”.

           Hace dos años, un encuentro casual en el establecimiento, de Nuria Antón poeta querida, musa inquieta y bello corazón de la literatura, Eugenio Marcos Oteruelo también poeta, junto con Pepe, el regente del establecimiento “Ékole”, terminó con la creación de esta receta mágica llamada “Ékole poétique”. Más tarde se unieron al proyecto Nuria Viuda y Cristina. Desde un principio también estuvo en este precioso proyecto, Antonio, de “El  escribano”. Desde entonces han pasado cincuenta y dos poetas, han expuesto veinticuatro artistas y se ha escuchado la voz y el sonido de varios músicos y cantautores. Precisamente el jueves, en las paredes de Ékole, colgaba una simbólica exposición de  Carmen Coque, no os la perdáis.

           Mordida existencial: Hoy la mordida llena de cariño y admiración va para dos fotógrafos que hacen poesía con sus cámaras y nos dejan testimonios mágicos de todos los actos en los que se mueve el magma de la vida, la literatura. Me refiero a Marcelo Oscar Barrientos Otamendi y a Alejandro Nemonio Aller. ¡Gracias por vuestros poemas visuales!

           La mordida existencial hoy se hace extensiva a un grupo de jovencísimos poetas: Carlota, Lidia, Carla, Pedro, Daniel y Almudena, alumnos del Bachillerato de Humanidades del Ies Ordoño II y a su profesor de griego y estudios clásicos Manuel Andrés Seoane, que nos dieron un lección magistral en griego y en castellano de cómo se lee y se crea. Allí, en Ékole, el pasado jueves, asistimos a una preciosa fluctuación de la hermosura de la juventud, recreando a nuestros ancestros los griegos. ¡Enhorabuena a ellos y a su profesor! ¡Larga vida a “Ékole poétique”!

           Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo