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“Yo no soy médico, ni enfermera, y creo que cualquiera puede usar un desfibrilador”, explica en el anuncio en el que interviene.

Elena Rodríguez Marroyo, una trabajadora del Servicio de Deportes de la Universidad de León (ULE), es una de las protagonistas de una campaña emprendida por La Sexta TV para solicitar a las comunidades autónomas que desarrollen una normativa a favor de la cardioprotección, que incluya la obligación de instalar desfibriladores en espacios públicos, así como la despenalización de su uso por personal no sanitario porque, según se afirma en la web de la cadena, “todos estamos preparados para salvar vidas”.

El anuncio forma parte de una de las actuaciones de la primera campaña de responsabilidad social corporativa puesta en marcha la Sexta TV junto con la Fundación AXA bajo el nombre ‘Constantes y vitales’, y que tiene como objetivo potenciar la investigación médica y científica.

Para ello se han impulsado varias iniciativas como la creación de una agencia estatal de investigación ), la prevención del cáncer de mama, sobre la salud cardiovascular, a favor de la práctica del deporte, etcétera.

También se ha contado con un comité de expertos y se han creado los premios ‘Constantes y vitales’, que se entregan en cuatro categorías: Divulgación y prevención médica, Líder de grupo emergente, Investigación biomédica del año, y Trayectoria científica.

CAMPAÑA ‘DESFIBRILADORES SALVAVIDAS’

La campaña ‘Desfibriladores salvavidas’ está integrada por tres anuncios. En uno interviene Félix Aguado, encargado del polideportivo de Valdebernardo en el distrito madrileño de Vicálvaro, que salvó la vida a un tenista que había sufrido una parada cardiorespiratoria. Su historia se cuenta en un anuncio titulado: “Cuando ves que recupera la respiración y el latido, impresiona”.

El segundo de los ‘spots’ es el protagonizado por Álvaro González, trabajador del Centro Comercial Denbara, en Vitoria, que atendió a un hombre de 60 años que comenzó a encontrarse mal cuando asistía a una jornada de apicultura. En opinión de González, “Por muy caro que sea un desfibrilador, una vida vale mucho más”.

El tercero de los anuncios es el que cuenta la historia de Elena Rodríguez, que se dirige a la cámara para explicar que “trabajo en la Universidad de León, como oficial de oficio en el Servicio de Deportes”. Seguidamente relata lo que ocurrió ese día, cuando Susana Suárez, una chica de 18 años jugadora del equipo de baloncesto femenino concluyó el entrenamiento y se quedó a practicar unos tiros libres. De repente, “se desplomó, y me vino a avisar una de sus compañeras. Cogí el desfibrilador y salí corriendo a la cancha”

En el anuncio se hace hincapié en lo sencillo que resulta utilizar estos dispositivos capaces de salvar la vida de una persona. “Yo no soy médico, ni enfermera, ni nada por el estilo, –afirma Elena Rodríguez-, trabajo en unas instalaciones deportivas y creo que cualquiera puede usar un desfibrilador. Es muy sencillo. Debes seguir las instrucciones que él mismo te va dando”.

La historia ocurrió en el Pabellón ‘Hansi Rodríguez’ del Campus de Vegazana de la ULE en octubre de 2012, y Susana se recuperó gracias a Elena Rodríguez y a otro trabajador, Javier Seivane, que con su actuación consiguieron que todo quedase en un susto. Ambos fueron premiados por el proyecto ‘Heart Corazón Segunda Oportunidad’, pero la mejor recompensa para ellos es el de ver con frecuencia a Susana, que aunque ha dejado de practicar deportes de contacto como el baloncesto o el fútbol sala, que eran sus favoritos, no ha renunciado a estar en forma, sale a correr, sigue estudiando y lleva una vida completamente normal.

“Cuando pasa todo y reflexionas y piensas en todo lo que has vivido, es cuando te embargan los sentimientos. Los desfibriladores, –explica Elena Rodríguez en el anuncio-, creo que tienen que estar en todos los sitios públicos. En los estadios, los pabellones… en todos lados, porque a la vista está que salvan vidas. Te sientes bien al poder ayudar a una persona y que haya salido bien. Eso es lo mejor”.

RECOGIDA DE FIRMAS

En 2012 solamente había un desfibrilador en la ULE, que se encontraba precisamente en el Pabellón ‘Hansi Rodríguez’. En la actualidad, pasados cuatro años, se han instalado otros nueve desfibriladores, uno en el Pabellón de Gobierno, otro en la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria ESTIA, otro en el Campus de Ponferrada, y el resto en diferentes centros del campus de Vegazana (Enfermería, Económicas, Industriales, Veterinaria, Biológicas, Biblioteca Central y el CRAI TIC).

La campaña de La Sexta informa que en España mueren cada año 30.000 personas por parada cardiorespiratoria, e insiste en que más desfibriladores en lugares públicos podrían salvar más vidas. Por ese motivo se anima a todos a contribuir con una firma en la consecución el objetivo. Para ello se ofrece un enlace en el que es posible unirse a la petición: De momento se han recogido 67.400 firmas (4.576 en Castilla y León)