Ya anochecía cuando Eva, que aún no había cumplido la edad de jugar y soñar, bajaba del monte con sus animales. Muy cerca del pueblo, sentada en una piedra a la vera del camino, Eva contempló a una mujer vestida totalmente de rojo y se puso alerta. Al llegar a su altura no pudo por menos de soltarla: — A las buenas tardes Caperucita ¿Qué llevas en la cestita? La mujer de rojo se levantó, abrió la cesta y le tendió un libro. Eva se asustó y eso que ella era la más tramada del pueblo, retrocedió dos pasos; en su mente infantil se preguntó: ¿Pero Caperucita existe? La mujer de rojo se acercó y le entregó el libro mientras le decía que tuviera cuidado, que el lobo no andaba lejos y que ella era algo temeraria llevando a sus animales tan lejos, que se quedara más cerca del pueblo y que se acompañara de un buen mastín para frenar al lobo. Dicho esto, desapareció delante de las narices de Eva sin que a ésta le diera tiempo a saber dónde se había metido aquella aparición. No, aparición no, porque ella tenía en sus manos el libro que le había entregado la supuesta Caperucita. Se sentó en la piedra que antes había ocupado la mujer de rojo, inspiró profundamente para que el cuerpo asentara el susto y luego leyó el título del libro: “Eva González Fernández. Garante de la tradición y de la lengua asturleonesa” Homenaje escritoras leonesas 2024 León. Día de la Mujer. Coord. Literaria Mercedes G. Rojo.

El texto precedente es una excusa para agradecerle infinitamente a Mercedes G. Rojo, el gran trabajo y la enorme entrega que durante siete años consecutivos, nos ha brindado para que el día de la mujer, sea cada año, la conmemoración y la fiesta de las letras en femenino, sobre todo de las letras pertenecientes a mujeres poco o nada visibilizadas por ser precisamente mujeres. Este año el libro está dedicado a una gran mujer Eva González Fernández, que todo lo que escribió lo hizo en su lengua, en patsuezo. No me voy a extender más en hablar de estas dos magníficas mujeres, me refiero a Mercedes G. Rojo y a Eva González Fernández, pues en el libro, que es una joya, editada también con mimo por “Lobo Sapiens”, tenemos una vida y obra, aparte de muchas colaboraciones literarias y plásticas, que no nos debemos perder.

Lamiguería: A Eva González Fernández, le tocó vivir una guerra y una posguerra siendo mujer, por eso se me escurre del pensamiento el presente de Gaza y Ucrania, tantas personas muertas y otras orilladas entre los detritus de las heridas y el dolor. Pero para terminar con calorcito del bueno en el corazón, ahí va un precioso y cariñoso poema musicado de Eva González Fernández que aparece en la página 75 del libro que Mercedes G. Rojo, ha tejido con hilos de hermosos colores: Gatu ta n´aspera / Gatu ta murando. / Acinga los bigotes. / enrisca muitu´l rabou. / Gatos comen ratos. / Ratos comen queidu. / Cuando tan fartuquinos, / rebincan los pequenos. / Trabacha la ratina / con espetas tixendo / pa los sos ratoninos / calcetos pal iviernu.

No me digáis que no se calienta el corazón tarareando este poema. Y aunque esté en patsuezo  lo entendemos perfectamente. Es un idioma cantarín y feliz como debería ser la vida misma.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.