Hay que destacar que el ‘calechu’ era una reunión característica de los pueblos de la montaña noroccidental leonesa, concretamente en las comarcas de Ribas de Sil, Laciana, Babia, Omaña, Luna, Ordás y El Bierzo, donde se conoce con el nombre de ‘caleyu’. A última hora de la tarde, se juntaban varios vecinos y/o familiares en la calle –si el tiempo lo permitía– o en la cocina de uno de ellos, con el propósito de pasar agradablemente un buen rato antes de cenar en las largas tardes de invierno, estación en la que había menos que hacer que en otras épocas del año. Parece ser que tanto la práctica como el término tienen su origen en las reuniones que se hacían antiguamente para distribuir los turnos de mantenimiento, cebado y guarda de las trampas para lobos, llamadas calechos, así como determinar otros pormenores relativos a ellas. 

El calechu era esencialmente una tertulia en la cual se comunicaban las novedades de la vida diaria, aunque también podía jugarse a las cartas y contarse historias amenas, cuentos y acertijos, estos últimos dedicados especialmente a los más pequeños.