Este lunes 18 de octubre, el Consejo de la Juventud de Castilla y León junto con el Consejo
Económico y Social y el Consejo de la Juventud de España, han presentado los datos de Castilla
y León del segundo semestre de 2020 del Observatorio de Emancipación que elabora cada
semestre el Consejo de la Juventud de España.

El Observatorio de Emancipación Juvenil es una estrategia del Consejo de la Juventud de España
con el que colabora el Consejo de la Juventud de Castilla y León para monitorizar los resultados sobre la
juventud de Castilla y León en cuestiones como la emancipación juvenil, la renta disponible o el mercado
laboral.
Los datos presentados hacen referencia al segundo semestre de 2020 en el que se refleja cómo
ha afectado la reactivación económica tras la crisis sobrevenida por la covid-19 a la juventud.

Algunos de los datos presentados han sido los siguientes:
• Desde finales de 2017, Castilla y León ha presentado una caída sostenida de la tasa de
emancipación en la población de entre 16 y 29 años, con niveles por debajo de la media
española. Al finalizar el año 2020, tan sólo el 15,3 % de la población joven vivía en un hogar
independiente al de su familia, alcanzando 1,5 puntos menos que antes de la crisis (16,9 % en el
cuatro trimestre de 2019).
• En cuanto al nivel de estudios, En comparación con el año anterior, la proporción de personas
jóvenes con nivel formativo en estudios superiores descendió en un 3,43 %, situándose en el
27,5%. Aún así, la juventud de Castilla y León sigue diferenciándose del conjunto nacional, por
su elevado nivel de estudios.
• En cuanto a emancipación y nivel de estudios, entre la población joven española resulta
frecuente permanecer en el hogar familiar durante la etapa formativa, instalándose de manera
independiente una vez finalizados los estudios. La tasa de emancipación entre quienes no

estaban formándose fue más elevada que entre aquellos que seguían formándose, en un 6,2 %
y un 29,1 %, respectivamente. Según el nivel formativo alcanzado, el grupo formado por las
personas que habían completado estudios primarios obtenía la mayor tasa de emancipación
residencial (55,3 %).
• Otra particularidad de Castilla y León fue su saldo migratorio interautonómico negativo (-9,2
por cada 1.000 personas residentes), pues en 2019 un total de 2.720 personas jóvenes
abandonaron la comunidad para trasladarse a otros lugares de España. Desde 2010, Castilla y
León había perdido población joven de manera sistemática por las emigraciones hacia otras
comunidades autónomas.
• A finales de 2020 la tasa de actividad era del 48,8% tras un aumento de casi 2 puntos con
respecto al primer semestre del mismo año.
• En las nuevas contrataciones efectuadas entre menores de 30 años predominaban los de
duración temporal, para el 93,2%. De ellos, más de la mitad (el 56,5 %) correspondía a la tipología
de eventuales y seguidamente, los contratos temporales por obra o servicio completaban algo
más de una cuarta parte (el 27,4 %).
• En castilla y León, a finales de 2020, se produjo un descenso de la tasa de paro, situándose en
el 22,9 % para la población de entre 16 y 29 años, posicionándose muy por debajo del conjunto
estatal (30,2%).
• El coste teórico de acceso a la vivienda libre resultaba inasumible para una persona joven
asalariada, ya que implicaría sobrepasar el umbral del 30% de endeudamiento máximo. Una
persona joven debería destinar el 62,3 % de su salario para el pago de la renta de alquiler y un
38 % para la cuota hipotecaria. Además, el importe medio que pagaban por la vivienda las
personas jóvenes de Castilla y León que lograban emanciparse en alquiler era de 349,02 euros
mensuales en 2019, subiendo un 19,95 % en apenas un año, sin contar otro tipos de costes como
el de suministros.

Tal y como ha señalado Sandra Ámez, “El colectivo juvenil está inmerso en una precariedad y
fragilidad laboral, que repercute en las expectativas y proyecto vitales de la población joven, conteniendo
nuestros procesos de emancipación residencial a la espera de alcanzar una estabilidad laboral y
económica, porque como hemos visto, tener un empleo, no asegura entre el colectivo juvenil, el no estar
en riesgo de pobreza o exclusión social.

Además, todo ello ha llevado al aumento de los problemas de salud mental entre dicho colectivo, debido
esa inestabilidad e incertidumbre sobre nuestro futuro, pero, sobre todo, sobre nuestro presente.
Por ello, es fundamental desarrollar e impulsar políticas de juventud con un enfoque transversal para paliar
la precariedad del colectivo juvenil de nuestra comunidad”.

En el siguiente enlace podéis encontrar la presentación del Observatorio de Emancipación: