La España de Luis de la Fuente ganó su quinto europeo de la categoría. Fabián, MVP del torneo, y Dani Olmo, MVP de la final, marcaron los goles españoles.

El futuro del fútbol español apunta a algo grande, muy grande. La victoria de España en la Eurocopa sub-21 confirma que el relevo generacional está garantizado, y que este grupo de jóvenes está preparado para empresas aún mayores. Ante Alemania (2-1), en la final, fue el cañón de Fabián el que decidió un partido muy igualado en la que España supo imponer su fútbol al principio y sufrir cuando fue necesario.

El choque era también una revancha, pues fueron los germanos los que ganaron a los españoles en el mismo torneo hace dos años. Y la victoria confirma que el fútbol de base en España está en plena forma, pues es el tercer título en los cinco últimos torneos, y en ellos solo se perdió una final, la de hace cuatro años. La cantera funciona, falta el último paso, y esta quinta quiere darlo.

La maquinaria de fútbol que es esta España comenzó a todo trapo, y fruto de ello llegó muy pronto el primer gol, en el minuto 7. Fabián avanzó con convicción y cuando aún le faltaban varios metros para llegar al área, se soltó un tremendo zurdazo que se coló en la meta rival. No se conformaron los de Luis de la Fuente con el tanto inicial, y apretaron en busca del segundo, con dominio del balón y llegadas constantes.

El choque, sin embargo, empezó a cambiar poco a poco, y en el segundo tramo de la primera mitad comenzó la reacción alemana. Vallejo se jugó la expulsión en una durísima entrada que le pudo costar la roja pero que finalmente acabó en amarilla, y fruto de esa falta Serdar remató en el primer acercamiento serio de los germanos.

Tras el descanso, Alemania se volcó y España sufrió de lo lindo. Nada más salir, Amiri se sacó un duro chut que Sivera no blocó y Vallejo tuvo que despejar a córner. Poco después, fue Waldschmidt el que conectó un disparo algo desviado, y de nuevo el ’10’ de Alemania volvió a probar fortuna, esta vez con un intento demasiado flojo.

El dominio era total de los germanos, pero la Rojita amenazaba a la contra, y en una de ellas llegó el segundo gol. Ceballos aguantó el balón dentro del área, lo cedió para Fabián, que chutó con fuerza. El portero Nübel no blocó el balón y Dani Olmo, con mucha clase, picó el esférico para marcar.

Los alemanes acusaron el mazazo del tanto, y fue España la que tuvo varias para sentenciar. Una maravillosa pared entre Fabián y Mayoral casi acaba en gol del centrocampista del Nápoles, pero su disparo se perdió cerca del palo. Y Soler la tuvo aún más clara en un disparo que se estrelló en la cruceta.

No sentenció España, y Alemania nunca se rindió. Waldschmidt la tuvo en una buena jugada de la Mannschaft, y el premio a la habitual insistencia germana llegó en un disparo de Amiri que tocó con la cabeza de Vallejo y se coló por encima de Sivera.

Quedaban tres minutos más el descuento y tocaba sufrir. Apretó la entonces vigente campeona, pero no logró marcar. La corona cambiaba de dueño, se la quedaba de nuevo una gran España.

RAÚL RIOJA

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