Corren días de temporal, días en los que no quieres levantarte de la cama para no ver en todo lo que se ha convertido lo que más te gusta. Días en los que llueve sobre mojado y en los que tú, no te quieres mojar. No te quieres empapar de la innumerable mierda que rodea a todo esto, no quieres enterarte de las noticias de los embajadores de la modernidad, de los cambios que, sin más remedio, nos llevan al precipicio de la nada.

Y es en medio de ese huracán cuando uno piensa, plantea, divisa posibles escenarios, como si de un videojuego se tratase. Una vez has pasado muchos niveles, te das cuenta de que los que quedan, ya no son tan atractivos como parecían al principio. Uno de ellos tiene muchos edificios y luces, lo que hace que meses atrás nos hubiera encandilado como los casinos de Las Vegas. Otro es más turbio, con niebla, pero en condiciones normales nos apetecería ese reto. En alguno predominan las verdes praderas y un paisaje hermoso, como un salvapantallas de Windows, pero tampoco nos acaba de llenar. El de la playa es sin duda el mejor, pero las ganas de darse un chapuzón ya han pasado.

Tan solo hay uno que es capaz de llamar nuestra atención, es el último, el definitivo. Pero este, tiene un candado, está bloqueado. Una vez pasados todos los niveles anteriores, con su esfuerzo correspondiente, este se debería desbloquear, pero no lo hace. Es como cuando compras tu juego favorito, ves que cumple todos los requisitos para tu pc, lo instalas y….no se abre. En esos momentos la desilusión te invade, en 5 minutos se han desvanecido todas las emociones sentidas cuando lo compraste, cuando lo desenvolviste y cuando metiste el CD en el ordenador. El juego no funciona, tiene un fallo, así como el anterior, en el que el último nivel no se desbloquea.

¿Y ahora qué?, se plantea uno. ¿Comprar otro juego para ver si funciona o volverse a pasarse todo el juego anterior de nuevo, todos los niveles, a ver si así se desbloquea el último nivel de una vez? Si por lo menos hubiese la opción de crear tus propios niveles…

Y es que cuando llueve, los días son más oscuros, grises, menos apetecibles. No quieres salir a la calle por no mojarte, por no calarte del todo, por no hundirte en el pantano de la incertidumbre. Solamente queda esperar a que un día vuelva a salir el sol.

Juan Lorenzana Prieto @juanlp91

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