Numerosos agentes patógenos, tanto víricos como bacterianos, pueden causar enfermedades vehiculados por el agua no tratada u otros alimentos crudos. Dentro de los virus más comunes se encuentran el virus de la hepatitis A y el norovirus.

Con el incremento de las temperaturas los riesgos sanitarios aumentan significativamente ya que aumenta también el consumo de alimentos crudos, como frutas y verduras, y la ingesta de aguas no tratadas. De este modo, numerosos agentes patógenos, tanto víricos como bacterianos, pueden causar enfermedades vehiculados por el agua u otros alimentos. Dentro de los virus más comunes transmitidos por alimentos se encuentran el virus de la hepatitis A y el norovirus, siendo las enfermedades más importantes originadas por bacterias patógenas la Listeriosis, la salmonelosis y la camplobacteriosis.

Estos riesgos asociados al consumo de alimentos crudos se pueden reducir de forma muy significativa siguiendo ciertas prácticas de higiene. Por lo tanto, desde el Servicio Territorial de Sanidad de la Delegación de la Junta en León se hacen las siguientes recomendaciones para que sean tenidas en cuenta por los consumidores de este tipo de alimentos:

–           Antes de cualquier manipulación, lavarse las manos con agua caliente y jabón durante, al menos, 20 segundos, frotando enérgicamente toda la mano y especialmente entre los dedos.

–           Limpiar las superficies y útiles de cocina.

–           Lavar frutas y hortalizas crudas. Se puede utilizar agua con lejía apta para la desinfección del agua de bebida, a razón de 4 gotas por litro. Las frutas y hortalizas deberán sumergirse durante, al menos, 10 minutos, realizando después un enjuagado abundante con agua potable.

–           Extremar el cuidado con el agua de fuentes y manantiales, que puede estar contaminada.

–           Las frutas, que lo permitan, antes de su consumo deberán ser peladas.

–           Carnes bien hechas (debe cambiar el color en el centro del producto).

–           Cuidado con el consumo de pescados crudos (sushi, sashimi, etc.) o el consumo de almejas y mejillones crudos.

–           Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados en el frigorífico y proteger o cubrir los productos como carnes, pescados o los elaborados.

–           Conservar los alimentos a temperaturas bajas, en recipientes herméticos, sobre todo si van a ser trasladados.

En cualquier caso, desde la Junta se recomienda que ante el menor síntoma de enfermedad, se acuda al médico para que le administre un tratamiento y se evite el contagio a otras personas.