Y apostar por un servicio público que realice esta labor y el mantenimiento futuro de las luminarias

Da igual que estemos ante una cuestión meramente técnica ligada a los requisitos impuestos para participar en el proceso de selección de la mesa de contratación, la cuestión de fondo es que nos encontramos ante un contrato “mastodóntico”, por el que se pelean varias multinacionales que supone un torpedo en la línea de flotación de servicios eléctricos.

Si León puede asumir el coste puede iniciar un proceso de modernización de la iluminación nocturna de la ciudad con medios y plantilla propia, invirtiendo en un servicio eficaz y permanente los beneficios que irían destinados a la empresa “galardonada” por el premio.

Este contrato hipoteca el futuro del servicio una vez termine su vigencia y no quede apenas nada del actual servicio municipal. Es el momento de mirar con perspectiva de futuro y reforzar lo que tenemos y necesitaremos en el futuro, en vez de diluirlo para terminar liquidándolo, quedando en manos de terceros tras el proceso de renovación que ahora suma una nueva polémica.