El alcalde de León, Antonio Silván, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, la presidenta de ALFAEM, Ascensión Sedano, la subdelegada de Gobierno, Teresa Mata, y el presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, han visitado esta mañana la residencia para personas con discapacidad psíquica de la Asociación Leonesa de Familiares, Amigos y Enfermos Mentales de León. El centro ocupa un terreno cedido por el Ayuntamiento de León, ha contado con una inversión superior a 4 millones de euros y dispone de 44 plazas de las que 31 están ocupadas actualmente.

En la visita al centro, el alcalde, Antonio Silván, quiso felicitar a ALFAEM por haber culminado un “sueño cumplido, otro más, en su esfuerzo y dedicación a las personas con enfermedad mental”.

Silván destacó que ALFAEM lidera en la ciudad y la provincia un camino que tiene un fin compartido por todos: la integración social y laboral, la autonomía para potenciar su autoestima y realización personal y la eliminación de los prejuicios en muchas personas con la enfermedad mental. El alcalde felicitó a las personas con enfermedad mental y a sus familias y renovó el compromiso personal y del Ayuntamiento con este colectivo en favor de todas sus iniciativas y necesidades.

El alcalde recordó  que este año la asociación cumple su 25 aniversario y que más de 1.000 personas son atendidas por ALFAEM, de las cuales, 743 corresponde a la capital. Además, da empleo a 99 personas de las que 8 son personas con enfermedad mental.

Por su parte, la consejera de Familia ha resaltado la importancia de la apuesta de la Junta por los itinerarios laborales de empleo como refuerzo a las políticas de empleo para las personas con discapacidad por enfermedad mental ya que, además, la propia Federación de Salud Mental de Castilla y León participa activamente en estos itinerarios. En 2016 fueron 3.586 las personas con discapacidad que participaron en estos itinerarios personalizados de empleo, lo que posibilitó un total de 984 contratos. De ellos, más de 1.200 participantes fueron personas con discapacidad por enfermedad mental, de las cuales más de 400 consiguieron un contrato.