Las cifras españolas contrastan con la debilidad de los flujos mundiales

La inversión productiva extranjera en España alcanzó en 2016 los 23.476 millones de euros brutos, un 1,2% menos que los 23.766 millones de 2015, con lo que se consolida la tendencia de recuperación iniciada en 2013. En términos netos (restando desinversiones) 2016 se cerró con un saldo de 17.535 millones de euros de inversión productiva, un 2,1 menos que los 17.904 millones de 2015. El volumen de 2016 es muy significativo porque se compara con un 2015 excepcional, en el que se registraron operaciones singulares que elevaron la inversión sustancialmente. Además, esta evolución se produce en medio de un débil contexto internacional, con caídas generalizadas en los flujos de inversión.

La inversión directa extranjera total (incluye las ETVE -entidades de tenencia de valores extranjeros- que son financieras y no generan efectos económicos reales significativos) alcanzó los 33.096 millones de euros brutos, un 30,8% más que en 2015; y 25.739 millones netos, con un aumento del 33,5%. La inversión de las ETVE se situó en 9.620 millones de euros, un 527% más que un año antes y en términos netos creció el 498%.

Las cifras de inversión extranjera en España contrastan con el contexto económico internacional, con disminución generalizada de los flujos inversores entre países. De hecho, la Conferencia de Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé que los flujos, con carácter general, se contraigan entre un 10 y un 15%.

Las cifras de flujos de inversión directa, tanto extranjera en España como a la inversa, suelen ser muy volátiles. Hay que tener en cuenta que cinco operaciones pueden concentrar en torno al 85% de la inversión de un mes, con lo que el retraso en la presentación por parte de los inversores puede desvirtuar las comparaciones. Por ello es pertinente comparar los datos con las medias de los últimos años. En concreto, la comparación de los datos de 2016 con los flujos de inversión brutos medios de los últimos 5 años refleja un aumento del 32% en términos brutos y del 66% en términos netos. Al tiempo, las desinversiones de 2016 fueron inferiores a la media del último quinquenio.

Las inversiones para constitución o ampliación del capital de empresas existentes representaron el 48,8% de la inversión bruta, con una disminución del 29% sobre 2015. El 51,2% restante corresponde a adquisición de participaciones ya existentes en sociedades o empresas.

En las inversiones productivas, los principales países de origen fueron Estados Unidos, con 4.968 millones de euros (21,2% del volumen total y un incremento del 126%), seguido de Luxemburgo (2.474 millones, 10,5% del total); Países Bajos (2.231 millones, 9,5%) y Alemania (2.211 millones, 9,4%).

Los países de la OCDE acaparan el 85% de las inversiones, con un aumento del 4,5%, en tanto que las procedentes de la UE (50% de los flujos) descendieron un 21%. Los fondos de Latinoamérica, que representan el 10% del total, aumentaron un 14%.

Los principales sectores de destino de la inversión productiva extranjera fueron suministro de energía eléctrica y gas, con 4.071 millones (17,3% del total y un aumento del 10,1% sobre 2015), seguido de actividades inmobiliarias, con 3.223 millones (13,7% del total y un 11,2% de incremento); y servicios financieros, con 1.823 millones (7,8% del total y crecimiento del 242%). Por detrás se sitúan actividades auxiliares a los servicios financieros e ingeniería civil y construcción de edificios. Este último ocupó en 2015 el primer lugar de la clasificación, con 4.551 millones.

La Comunidad de Madrid, con 10.970 millones (46,7% del total y un aumento del 6,3%) y Cataluña, con 4.857 millones (20,7% del total y un descenso del 1,3%) concentran la mayoría de la inversión productiva total, al igual que en años anteriores.

Inversión española en el exterior

En 2016 la inversión española directa total en el extranjero sumó 33.767 millones de euros en términos brutos (un 23% menos que en 2015) y 28.707 millones netos (caída del 1,2%). La inversión productiva (descontadas ETVE) alcanzó los 23.448 millones brutos (-43,2%) y 19.733 millones netos (-29,2%). Estas disminuciones se deben al efecto estadístico provocado por operaciones puntuales y extraordinarias contabilizadas en 2015. La inversión bruta total se mantiene en los mismos niveles de la media de los últimos cinco años y en términos netos casi se duplicó respecto a la media de los últimos cinco años.

El destino principal de la inversión productiva española fue Reino Unido, con 8.601 millones de euros (37% del total y aumento del 126%), seguido de Estados Unidos, con 2.315 millones (10% del total y caída del 80%); y Países Bajos, con 2.058 millones (un 8,8% e incremento del 195%). En general, en 2016 aumentó la inversión española dirigida a la UE y disminuyó hacia otras zonas geográficas, como Latinoamérica y los países de la OCDE.

Los principales sectores a los que se dirigieron las inversiones españolas en el extranjero en 2016 fueron: Comercio al por mayor e intermediación de comercio, servicios financieros, fabricación de otros productos minerales no metálicos, construcción de edificios y actividades inmobiliarias.