El alcalde de León, Antonio Silván, ha participado esta mañana en la festividad de Santa Águeda, entregando la banda y el bastón de mando a la Águeda Mayor, María de los Ángeles Álvarez. Además ha querido destacar el papel fundamental que desempeña en Cáritas Beatriz Gallego, que este año ocupa el puesto de Águeda de Honor por su “generosidad, solidaridad y compromiso con los más necesitados” recordando la labor fundamental de esta entidad en nuestra ciudad.

El alcalde de León, Antonio Silván, un año más tiene hoy el día libre. Su lugar lo ocupa la Águeda Mayor, María de los Ángeles Álvarez, que tras recibir de manos del alcalde la banda y el bastón de mando, ocupará durante toda la jornada su lugar como primer edil del municipio. Así se representó esta mañana en el Consistorio de San Marcelo una tradición que, como apuntó Antonio Silván, “nos ayuda a conservar nuestras raíces y nuestra identidad en un acto que permite renovar nuestro compromiso con las mujeres, con la igualdad”.

El alcalde mostró su agradecimiento a las 58 águedas que participaron en esta fiesta por acudir a las casa de todos, al Salón de Plenos del Consistorio de San Marcelo. Antonio Silván dedicó buena parte de su discurso a dos colectivos. Por un lado, las víctimas de violencia de género: “Hoy es un buen día para renovar el compromiso del alcalde, del Ayuntamiento en la lucha contra la violencia de género, mayoritariamente mujeres”. Y, por otro lado, recordó al colectivo de los más desfavorecidos, ya que este año ha sido nombrada Águeda de Honor, Beatriz Gallego, directora de Cáritas León, “una entidad símbolo del trabajo solidario y altruista”. El acto contó con la presencia de los concejales del equipo de Gobierno Fernando Salguero, Pedro llamas, Marta Mejías y Aurora Baza.

Una mártir en tiempos de Decio

Santa Águeda o Ágata, celebrada el 5 de febrero, recuerda la vida de una joven y bella noble nacida en Palermo, siendo emperador Decio y presidente de Sicilia, Quinciano. En aquel tiempo se promulgó un edicto obligando a los cristianos a sacrificar a los dioses y Águeda fue llevada ante Quinciano quien, prendado de ella, quiso rendirla entregándola a la vieja Frodisia y a sus cinco hijas quienes, siendo de vida disoluta, conseguirían obrar en ella un rápido cambio de opinión. Como pasara el tiempo y Águeda persistiera en su postura fue llevada de nuevo ante Quinciano quien, viendo a la joven firme en sus convicciones, mandó cortarle un pecho a cercén y encarcelarla sin permitir que médico ninguno la atendiese y sin comer ni beber nada.

Desde antiguo se representa a la santa con los pechos cortados sobre una bandeja en la mano izquierda y en la derecha la palma, atributo y símbolo de la pureza y del martirio. Así Santa Águeda, con sus pechos cercenados, se convirtió en “abogada de las enfermedades de las mamas y por ende de las virtudes del recato y la feminidad que éstas encarnan”.

En León, la ‘Asociación Cultural Las Águedas’ organiza este acto conmemorativo con motivo de la festividad de la santa, donde son recibidas en el Salón de Plenos del Consistorio de San Marcelo por el alcalde de la ciudad, quien impone a la nombrada Águeda Mayor la Banda y la Medalla de León, y le cede el Bastón de Mando de la Ciudad.