Goleada de los azulgrana con Messi nuevamente decisivo (5-1).

El fútbol español sí tendrá representación en los cuartos de la Champions. El Barça, erigido en el salvador del honor de la Liga española tras los batacazos de Real Madrid y Atlético, pasó sin apenas apuros ante el Lyon (5-1) y afronta el asalto a su sexto título pleno de confianza en una competición plagada de equipos de la poderosa Premier, que por fin justifica su impresionante inversión y ha metido a cuatro equipos entre los ocho mejores del continente.

El choque fue un monólogo azulgrana con un Lyon que no hizo acto de presencia en el Camp Nou. Eso sí, el primer tanto llegó con polémica, pues fue a través de un penalti de Denaire sobre Luis Suárez en el que pareció que fue el uruguayo el que pisó al defensa galo. El VAR no rectificó la decisión del colegiado, y desde los once metros Messi ejecutó con maestría, a lo Panenka.

El dominio del Barça fue constante, como un rodillo, monopolizando el balón hasta que el segundo llegó en una combinación que dejó a Suárez solo ante el portero, y el delantero le regaló el gol a Coutinho, ayer titular ante las molestias de Dembélé, para que el brasileño empujara el balón al fondo de la red.

El bagaje del Lyon en la primera mitad fue triste, muy triste. Apenas un buen contragolpe que dejó a Depay en una gran situación, pero el holandés decidió ceder a Moussa Dembélé, y el galo, forzado, remató fuera al intervernir con acierto Lenglet.

Nada más volver de vestuarios, pudo haber dejado la eliminatoria prácticamente sentenciada el Barça. Arthur aprovechó un error de la zaga gala, se quedó solo ante Gorgelin, el portero suplente que tuvo que entrar por el lesionado Lopes, pero al brasileño se le hizo de noche, acabó cediendo a Messi y Marçal evitó el tercer gol bajo palos.

El dominio del Barça fue decreciendo, el Lyon se animó, y poco necesitaron los franceses para marcar. Tras un córner embarullado, el balón quedó suelto en el área y Tousard lo envía al fondo de la portería de Ter Stegen, no sin antes una buena dosis de intriga, el VARrevisó la jugada durante varios minutos.

Los nervios llegaron al Camp Nou, que veía la sombra de la eliminación a un solo gol. Tuvo Coutinho el tercero, pero el brasileño no estuvo afortunado en el tiro, algo escorado, y mandó el balón al lateral de la portería.

Valverde vio que se había complicado el choque, y arriesgó con el talento de Dembélé y a la vez metió a Vidal para que aportara su experiencia. Con ellos, el Barça mejoró y el tercero finalmente llegó. Fue en una jugada individual de Leo Messi, que tras recortar en dos ocasiones a dos defensores, disparó con la derecha. El portero galo tocó el balón, pero no lo suficiente para evitar el tanto.

Por si había alguna duda,y ya con el Lyon volcado a la desesperada, de nuevo Messi comandó la jugada del cuarto. Como si tuviera en la memoria la exhibición del día anterior de Cristiano Ronaldo, el argentino quiso ser el protagonista absoluto. A su modo, eso sí. Arrancó desde el centro del campo, se plantó en la frontal y cuando todo el mundo esperaba su disparo, le regaló el gol a Piqué, que había salido de la cueva y no tuvo más que empujar el balón para sentenciar definitivamente el pase del Barça a cuartos.

La fiesta fue completa con el quinto de Dembélé, que puso la guinda a una goleada quizás algo engañosa pero que refleja la diferencia entre ambos equipos..

RAÚL RIOJA @raulriojazubi

www.20minutos.es