El turismo relacionado con la observación de los osos puede tener consecuencias directas, tanto de carácter positivo como negativo. Se pueden ver alterados su comportamiento, su fisiología y su ecología, según un estudio de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB).

Los investigadores explican cómo el hecho de que las personas quieran conocer más de cerca esta especie puede redundar en la mejora de su conservación.

Una investigación de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad, en la que participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Oviedo y la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, con la colaboración de centros de investigación de Eslovenia, Finlandia y Noruega, ha analizado las consecuencias positivas y negativas del turismo osero.

Entre las consecuencias positivas, los investigadores explican cómo el hecho de que las personas quieran conocer más de cerca esta especie puede redundar en la mejora de su conservación. En cambio, entre las negativas se encuentran el riesgo de realizar los avistamientos en áreas de alimentación o de celo, que, ante la presencia humana, el oso podría abandonar o frecuentar en horarios muy concretos, provocándose así una situación de estrés para el plantígrado.

El oso pardo es uno de los animales más demandados del ecoturismo relacionado con la observación de animales silvestres en Europa y Norte América. A través de literatura científica publicada hasta la fecha, en este estudio se ha revisado y analizado el turismo osero desde tres puntos de vistas principales: las consecuencias directas sobre los osos, cómo el turismo osero puede afectar a las interacciones entre humanos y osos, y el impacto social de estas prácticas.

El oso pardo es uno de los animales más demandados del ecoturismo relacionado con la observación de animales silvestres en Europa y Norte América

En la cordillera cantábrica, dada la reciente expansión de osos, se ha incrementado la práctica del turismo osero y, consecuentemente, va siendo de extrema importancia la evaluación de los efectos de la observación de los osos sobre el comportamiento y el estado fisiológico de los individuos que se encuentran en aquellas áreas donde se están realizando puntos de observación de osos.

Un primer paso en este sentido ha sido realizado recientemente por la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, que está financiando un trabajo del grupo de investigación de la UMIB sobre el desarrollo de técnicas no invasivas para detectar el estado de estrés de los osos sometidos a la observación directa por parte de los turistas.

Un paso más en esta dirección sería el radiomarcaje de los osos de la Cordillera para evaluar directamente el efecto del turismo osero sobre el comportamiento de los osos, en particular sus usos del espacio, movimientos y ritmos de actividad

Fuente: SINC/Ambientum