Esta nueva normativa, que estará disponible en el Gobierno Abierto para que se hagan aportaciones, permitirá la agilización de los plazos de tramitación del procedimiento, simplificará los trámites administrativos, permitirá la participación del sector privado, primará la transparencia, la eficiencia y el ahorro de costes y reforzará las garantías de los propietarios.

La Consejería de Agricultura y Ganadería ha presentado al Consejo de Gobierno el proyecto del nuevo Reglamento de Concentración Parcelaria. Este desarrollo normativo, previsto en la Ley Agraria de Castilla y León, busca dotar al sector de una nueva herramienta de trabajo, incluida en el Mapa de Infraestructuras Agrarias de Castilla y León, que permita conseguir los retos marcados en materia de concentración parcelaria facilitando los procesos y buscando la creación de explotaciones más rentables y más competitivas. Recogerá, de manera precisa y detallada, todo el procedimiento de concentración parcelaria aportando claridad y facilitando su aplicación.

Así, este Reglamento, que conforma un hito normativo, puesto que hasta el momento no existía un desarrollo reglamentario para las concentraciones parcelarias, sigue los siguientes principios: reordenar la estructura de la propiedad conforme a criterios técnicos que permitan hacer las explotaciones más rentables, adjudicar a cada propietario el menor número posible de fincas de reemplazo, adjudicar contiguas las fincas integradas en una misma explotación y fomentar la creación de explotaciones agrarias de dimensiones adecuadas.

La Consejería de Agricultura y Ganadería también ha previsto la realización de las obras que sean necesarias para el aprovechamiento racional de las explotaciones resultantes, así como dotar a las fincas de reemplazo de acceso a una vía de comunicación, buscando, además, el establecimiento de medidas de integración ambiental y de protección y conservación del patrimonio natural.

Un procedimiento ágil, simple y moderno

Los aspectos más característicos de esta nueva normativa son la agilidad y que da una mayor participación a los agricultores implicados en los procesos de concentración parcelaria, proporcionando, además, claridad, transparencia, eficiencia y ahorro de costes.  Así, con el nuevo Reglamento se reducen los plazos de tramitación, sin que supongan una merma de las garantías de los beneficiarios de la concentración parcelaria. Esta agilización se traduce, por ejemplo, en garantizar la rápida disposición de las fincas de reemplazo una vez publicado el acuerdo de reordenación parcelaria ampliando del 5 % al 15 % del total de propietarios el número de recursos administrativos presentados contra el acuerdo de reordenación que son necesarios para suspender dicha toma de posesión.

Se instrumenta, además, la concentración abreviada en determinados casos, lo que permite refundir fases del proceso de concentración parcelaria y, de esta manera, acortar la duración del mismo. Y se permite, además al mismo tiempo, simultanear determinadas fases de concentración, lo que supondrá reducir los plazos para llevar a cabo los trabajos.

Una de las manifestaciones de la máxima implicación de los agricultores es la regulación de las concentraciones parcelarias de carácter privado, en la que los promotores de la misma serán los encargados de elaborar los documentos básicos de la concentración parcelaria siguiendo las directrices fijadas por la Administración y bajo la supervisión de la Consejería de Agricultura y Ganadería.

Otra de las novedades que incluye este Reglamento es el impulso a las concentraciones parcelarias en régimen cooperativo en las zonas con poca actividad agrícola pero con gran presencia ganadera, a través de entidades asociativas.

La nueva ordenación permitirá, además, poner en valor la masa común de fincas sobrantes de las adjudicaciones de los lotes de reemplazo, pudiendo destinarse al banco de tierras o cediéndose a las entidades locales para la ejecución de infraestructuras comunes o la mejora medioambiental.

El procedimiento de concentración parcelaria se publicará en el Portal de Gobierno Abierto para lograr la máxima transparencia y participación de todos los interesados en el proceso de reordenación de la propiedad agraria, sin dejar de lado el método tradicional a través de los tablones de anuncios de los ayuntamientos implicados, con el objetivo de alcanzar la máxima publicidad y participación en el procedimiento de concentración parcelaria.

Compromiso de legislatura

Al inicio de esta legislatura, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, asumió el compromiso de realizar inversiones en 160.000 hectáreas de concentración parcelaria por un importe de 110 millones de euros.

Para su cumplimiento, junto al proyecto de decreto que se someterá a consulta pública, se desarrollará el Mapa de Infraestructuras Agrarias. Este Mapa, que nace bajo el lema de planificación, competitividad y futuro, fija las características que han de guiar las actuaciones en infraestructuras agrarias como son la planificación responsable y transparente, el diseño proactivo e incentivador, la participación de todos los agentes, el equilibrio territorial y las nuevas herramientas como este proyecto de Reglamento de Concentración Parcelaria.

Beneficios

Los procesos de concentración parcelaria son una de las actuaciones más eficaces para conseguir adaptar la estructura de las explotaciones y reordenar e identificar la propiedad del suelo rústico. Aunque gran parte del territorio de Castilla y León ya está concentrado, el Gobierno autonómico es consciente de la necesidad de seguir avanzando en aquellas zonas que faltan y potenciando reconcentraciones donde sea necesario.

La concentración parcelaria es imprescindible cuando va vinculada a actuaciones de modernización o transformación de nuevos regadíos. Permite optimizar las inversiones a realizar y lograr una eficaz puesta en riego de las nuevas unidades de cultivo con sistemas tecnológicamente avanzados.

Entre los principales beneficios que conlleva la concentración parcelaria están los de productividad y competitividad con la corrección de desequilibrios, la mejora de la rentabilidad de las explotaciones al hacerlas más eficientes, el aumento de la posibilidad de diversificar producciones, el aumento de la eficiencia y la vida útil de la maquinaria, la mejora de la comunicación en el medio rural y la multiplicación de las funciones y los usos potenciales del suelo rústico.

Entre los beneficios socioeconómicos de las concentraciones parcelarias está la mejora del nivel de vida de los agricultores, la posibilidad de atraer jóvenes y mujeres a la producción agraria, potenciar el desarrollo de la industria agroalimentaria y facilitar la comunicación en el medio rural. Las actuaciones de concentración parcelaria son una de las actuaciones más eficaces en el medio rural para potenciar la actividad y el empleo. Constituyen una herramienta contrastada de lucha contra el despoblamiento y los desequilibrios territoriales. Como ejemplo, el número de incorporaciones de jóvenes en zonas concentradas es un 40 % superior a zonas no concentradas, y la inversión privada de los agricultores para modernizar sus explotaciones es un 36 % mayor.

La mejora del ahorro energético, la reducción de la contaminación y del consumo de combustibles y la mejora de la calidad medioambiental son algunos de los objetivos de sostenibilidad ambiental que conlleva una concentración parcelaria. Así, en las concentraciones parcelarias se tiene en cuenta, de forma especial, la protección del medio natural, el respeto absoluto a los valores ecológicos, paisajísticos y ambientales de las zonas de actuación. Ayuda, además, a disminuir las emisiones de efecto invernadero (disminución de distancias un 40 %, ahorro de combustible un 25 % y reducción de CO2 un 25 %).