
Este fin de semana en Veguellina de Órbigo, no hemos dado abasto. Ha sido un sin vivir.
El viernes, presentación en la biblioteca “Río Órbigo” del libro “Ablanbelle Limpieza en Ñandes” de Buenaventura-J. Diez Aláez. Un libro que habita en la fantasía, según nos dijo su autor y corroboró Marcelo Tettamanti, que acompañaba al autor en dicho acto. Fue ameno y distendido, amén de que se puede decir que estuvimos filosofando sobre esta realidad que nos ha tocado vivir, que es posible, que supere a la fantasía de cualquier libro. Una presentación en la que pasamos un buen rato sincerando las palabras y mostrando los sentimientos y deseos que nos hacen felices y los que tanto nos perturban.
El sábado, en la sala Fundos, en su sexta edición del ciclo de conciertos Passionato, en el concierto titulado “Un paseo por la lírica”, la emoción por parte del público asistente y la virtuosidad de las dos componentes de un programa que incluía ópera, música española y zarzuela, estuvieron presentes en todo el concierto. La potente, sentida, trabajada y emocionada voz, amén de muchas más cualidades de Ruth Marcos, llegó a la caja torácica, al corazón y a la emoción de los asistentes, nos hizo vibrar con sus interpretaciones. Por su parte Raquel Sutil, nos dejó marcadas en la piel y en el filo casi inhabitable de la razón con el sentir, todas las notas musicales que sus dedos pasearon por el piano; llegué a pensar que ese piano, tenía más teclas de las normales y que ella, Raquel, tenía por lo menos cuatro manos. Un conciertazo que ya quisieran para sí, algunas de las ciudades más habitadas del país. Reconocer, que poder asistir a actuaciones como ésta, al precio de cero euros por entrada, es un privilegio que tenemos que agradecer profundamente.
Ya puestos a contar, digo a cantar, el domingo, también en la sala Fundos, con la organización del Colectivo “El Regachón” se escucharon las canciones nuestras de siempre. Sofía Miguélez, que hace hablar al acordeón, estuvo espléndida; podría decirse que el acordeón es una extensión de esta muchacha que le imprime carácter, ternura, pasión, alma y respeto, sí, respeto por hacer de y con la tradición, páginas de música creativas donde no cabe el olvido. Sofía Miguélez estaba acompañada por Rodrigo Martínez, un prodigioso instrumentista que hace bailar a la pandereta en sus manos, además de una serie de instrumentos como el buzuki, la flauta irlandesa, y varios más. Su voz nos llenó de ayeres queridos, de jotas que estuvimos a punto de salir a bailar, de cantarines que nos llevaron a los brazos de nuestros seres queridos. Rodrigo además es un contador nato, nos relataba cada canción con su historia incluida. Se agradece mucho que los jóvenes sigan pensando que la historia es la fuente del futuro.
Lamiguería: Seguimos en Gaza Menguante, si, a Gaza ya no le queda ni la G. A Ucrania llegan drones de muerte que van a estropear hasta las tierras raras; y eso sí que no, no y no, eso no le interesa a Trump, así que ahora Putin ya no le parece tan buen amigo. Por eso, fines de semana como el que hemos tenido en Veguellina de Órbigo, merecen y mucho la pena.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo