Se atempera el corazón / amainan los idus obscuros. / Una lluvia de emociones / va colmando las fibras cansadas. / Estamos a dos pasos de un vuelo / interior que nos llevará a buen puerto. / Y ese puerto fue el concierto de pasodobles / que convirtió al público en música, / ya que música es alearse al unísono con la melodía. / La paz, (de ahí viene el nombre de Irene), / ya nos asiste con la presentación / del viaje que vamos a iniciar. / Luego nos abriremos a la canal con las creaciones / del amado, el querido, (de ahí proviene David). / Pasodobles con doble nudo que nos atan al ritmo. / Grabado en el respirar nuestro, / quedará el recuerdo fiel, (de ahí deriva el nombre Juán) / de una tarde de concierto. / En las manos del ilustre, (esa es la fuente del nombre Luís) / la batuta mágica que dirige los sones de una vida. / A dos pasos de no ser público, sino música. / Una banda llena de trinos y de sones / se nos posa en el vértice del sentir. / Nos hemos olvidado de la rutina, / los pies acompasan la respiración / de los instrumentos, lo músicos / nos transportan al nido cálido de lo bueno. / Formar parte de una banda, ser una miga más / del pan sagrado de la música, /encender el arrullo del corazón, / darle tiempo al tiempo, / recolocar la respiración al compás del otro, / entregarte al oído fino del sentimiento, / destaparle las emociones al que oye, / evocar el alegre sonido del vivir, / serte fiel y humilde en el sagrado oficio / de hacer, o intentar hacer, mejor lo mejor. / Se atempera el corazón / amainan los idus obscuros. / Una lluvia de emociones / va colmando las fibras cansadas. / Estamos a dos pasos de un vuelo interior / que nos llevará a buen puerto. / Y ese puerto fue el concierto de pasodobles / que convirtió al público escuchante en música, / ya que música es alearse al unísono con la melodía.
El poema quiere ser un agradecimiento al súper concierto que el pasado sábado aunó en Veguellina de Órbigo a dos bandas que tienen el mismo director, Luis Martínez García de Longoria. Tanto la banda municipal de música Sones del Órbigo, como la banda de música Juventudes Musicales Universidad de León, convergen, para su bien, en la misma batuta. Como el mismo Luis explicó, David Rivas, compositor del CD de pasodobles que se presentaba en el concierto, es un enorme músico reconocido a nivel internacional, pero es también una persona entrañable al que quieren mucho en ambas bandas. La grabación del CD se llevó a cabo bajo la batuta de Luis, con ambas bandas comprometidas y emocionadas por un proyecto tan extraordinario. A Irene, la presentadora de las bandas, agradecerle también su saber en la palabra.
Para el alma y para el cuerpo, las mejores migas son las que hacen el pan de la cultura y la música es más buena que el pan. Si encima ese pan de notas musicales está hecho con emoción y talento, alejop, la magia estalla llegando hasta la última víscera. Enhorabuena a las dos bandas, al compositor de “benditos” pasodobles, a Luis que dirige con talento y entrega y a todos los que hacen posible que existan milagros en el día a día.
Lamiguería: No puedo dejar de recordar a todas las víctimas de Gaza, Ucrania, Líbano, también habrá víctimas en Israel, en…, tantos sitios hay víctimas. Demasiados lugares con dictaduras que amarran y destrozan varias generaciones. Por eso una tarde como la del pasado sábado, nos eleva a lo bueno que tiene la raza humana y nos abre el espíritu para tener calma y armonía. ¡Bravo a las dos bandas y enhorabuena por el CD.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.