El proyecto europeo ‘B FERST’ lo coordinan la ULE y la empresa Fertiberia bajo la dirección de Antonio Morán Palao y Fernando Gonzáles Andrés.

La Universidad de León (ULE) ha acogido hoy la reunión del Comité Técnico del proyecto europeo ‘B-FERST’ (Bio-based Fertilising products as the best practice for agricultural management sustainability), financiado por la UE y Bio Based Industries Joint Undertaking, que está consiguiendo realizar un importante salto tecnológico en el desarrollo de nuevos fertilizantes avanzados.

Con el citado objetivo se están desarrollando nuevas materias primas de calidad para la fabricación de fertilizantes, basadas en la recuperación y valorización de nutrientes a partir de bio-residuos, y se está terminando de montar una planta a escala de demostración semi-industrial para la fabricación de estos productos.

El proyecto lo coordina la empresa Fertiberia y la ULE a través del grupo de Ingeniería Química, Ambiental y Bioprocesos, bajo la dirección de Antonio Morán Palao y Fernando Gonzáles Andrés.

En la reunión celebrada hoy, que ha contado con la presencia del vicerrector de Investigación y Transferencia de la ULE, Carlos Polanco, han participado representantes de las empresas FCC Aqualia, FCC-Medioambiente, Agrisat, e INCRO, por parte española y de socios de otros cinco países: Novamont (Italia), FKUR KUNSTSTOFF (Alemania), Vito (Bélgica), AG Futura Technologies (Macedonia), Arcadia (Bélgica), Instytut Uprawy Nawozenia i Gleboznawstwa (Polonia) y Fondazione iCons (Italia).

REVISIÓN DE LOS AVANCES TÉCNICOS Y CIENTÍFICOS

La jornada ha permitido realizar una revisión de los avances técnicos y científicos del proyecto, al tiempo que se han marcado los objetivos para el presente ejercicio. El programa ha contemplado presentaciones por parte de los distintos socios y pequeñas reuniones entre los mismos para concretar los detalles técnicos particulares de cada paquete de trabajo.

La ULE es la encargada de parte del desarrollo tecnológico industrial de los nuevos productos, y de las pruebas de desarrollo agronómico, y dirige la Oficina de Proyecto. Para ello cuenta con un presupuesto de 892.000 euros dentro de un presupuesto global del proyecto, que ronda los 10 millones de euros, y que también incluye la construcción y puesta en marcha de las plantas de producción de nuevos productos a nivel semi-industrial.

El proyecto se enmarca en el Paquete Europeo de Economía Circular que tiene como objetivo promover la sostenibilidad a través de la mejora en la relación entre la industria y la agricultura.

La UE por un lado depende en gran medida de recursos externos que nos proporciones las materias primas (no renovables) necesarias para la fabricación de fertilizantes, y por otro lado se puede disponer de grandes cantidades de corrientes ricas en nutrientes se están dispersando en el medio ambiente.

El proyecto B-FERST tiene como objetivo utilizar estas corrientes residuales para la recuperación de nutrientes que se utilizan en la producción de fertilizantes, contribuyendo así a salvaguardar el suministro de alimentos en Europa y en todo el mundo. Todo esto se intenta realizar en un proceso logístico que incluye el desarrollo de nuevos procesos industriales para conseguir unos precios asequibles de estos nuevos fertilizantes.

Por todo lo anterior se puede decir que se trata de conseguir que el sector agrícola responda al desafío de manera sostenible, aumentando su productividad y el uso eficiente de los fertilizantes.

Los nuevos fertilizantes, fabricados en parte con materiales reciclados, tienen además la ventaja que en el nuevo proceso industrial propuesto se produce la adición de bioestimulantes (microbianos y no microbianos) que pueden ayudar a la planta al mejorar el desarrollo del enraizamiento, la asimilación y translocación de nutrientes, el metabolismo de la planta, la tolerancia de la planta al estrés abiótico y la eficiencia del uso del agua.

De este modo se integran las tecnologías más avanzadas para el desarrollo de producto y el manejo de la fertilización. Finalmente hay que apuntar que los productos resultantes del mismo se están evaluando en cuatro zonas agroclimáticas diferentes, mediante ensayos de campo en España, Italia, Francia, Polonia y Portugal.