Cuando como cada lunes me pongo a desgranar palabras para enviarlas a este precioso encuentro semanal, en donde ustedes o vosotros y yo, nos comunicamos por medio de la lectura, me he preguntado de qué escribo hoy. Enseguida me ha venido al magín un tesoro del que disfrutamos en Veguellina de Órbigo todos los que pertenecemos al club de lectura “Río Órbigo”. El espacio físico de este tesoro se encuentra en la biblioteca del instituto del pueblo, pero es mucho más que una biblioteca, allí además de los miles y miles de mundos que existen encerrados en los libros, están los mundos que una vez al mes, exponemos y disfrutamos los miembros de este querido club de lectura. Ahora, Helena García Fraile, la maga de esta pócima mágica que es la lectura colectiva de un mismo libro, nos ha hecho un regalo. Estamos leyendo “Gente oscura” de nuestra universal escritora Elena Santiago. Fue finalista del Premio Ateneo de Sevilla en 1980. Pablo, el hijo de la escritora, ha donado varios ejemplares de esta novela y varias obras más a la biblioteca, así que estamos recordando a una de las escritoras relevantes del siglo XX nacida aquí en Veguellina de Órbigo. Pero hoy no va esto de Elena Santiago, va de Helena García Fraile y de nuestro club de lectura.

Este capítulo de “El hogar de la vida”, ambientado en 3.023, va dedicado a todos los miembros del club.

Como recordaréis, Naturaleza desterró a la humanidad a vivir en galerías subterráneas en el segundo milenio, ya que Tierra había cambiado el clima, estaba colapsada de plástico, tenía vertederos enormes en el mar y en los ríos, en resumen estaba avocada al petardazo último, pero gracias a la habilidad de Naturaleza, hemos llegado al 3.023, si digo hemos llegado, ya que los que dejamos nuestras huellas en el segundo milenio, hemos quedado reflejados en las redes, y las generaciones futuras podrán dolerse de nuestros errores, pero también disfrutar de nuestras buenas causas. Una extraordinaria causa, es un club de lectura, donde las personas se reúnen para hablar de un mismo libro que todos han leído, de ahí saldrán preciosas elucubraciones de las neuronas de cada miembro del club, algo digno de sentir.

Neuronada: Un abrazo para todos y cada uno de los compañeros del club de lectura “Río Órbigo” y como no, para Helena García Fraile, que ha sido, es y será, la fuente de inspiración de tantos buenos ratos. ¡Gracias!

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.