Salieron del cine con una buena dosis de optimismo en el cuerpo. La película “Réquiem por mi mano ausente”, era dura, tenía en su guión bocados de casi todas las calamidades, bueno también había momentos de placer y de gloria, vamos, como la misma vida, que no es lo mismo que la vida misma. Sobre todo era una historia de superación extraordinaria, de una persona, digamos que egoísta y egocéntrica, aunque luego se da la vuelta a la tortilla, y lo que pasa siempre, ese lado está por hacer, o esconde los sentimientos de alguien que tras la pantalla de duro y esquivo, guarda un tímido enorme. No diré más al respecto de la película, no se la quiere destripar (me gusta más que eso de hacer spoiler).

Podríamos aprovechar ya que estamos sobre la superficie de Tierra a llegarnos hasta el parque y darnos un paseo al lado del lago. No olvidemos que estamos en 3022 y Naturaleza ya está permitiendo que la humanidad salga de sus guaridas, después de que hayan estado durante un milenio allí, para compensar todo lo que la huella humana estaba destrozando en el planeta y como éste, si seguía con el cambio climático se desintegraría sin remedio. Pues bien, allá van las muchachas y muchachos al parque a disfrutar de un aire limpio, de un suelo impecable sin basuras y sin  vestigios de plástico en ninguna parte. Después del paseo se sentaron a la orilla del lago, sacaron sus cuadernos y comenzaron a realizar el trabajo que su profesora de “Criterio Propio”, les había encomendado después de ver la película “Réquiem por mi mano ausente”, con guión de Felicitas Rebaque.

Neuronada: Lo primero que he de decir es que mientras leía “Réquiem por mi mano ausente” de Felicitas Rebaque, y cuando cerré sus pastas una vez terminado, me dije que era un guión de película, de ahí que lo haya expuesto como tal. No, aún no se ha filmado una película con este guión, pero puede que no tarde. El libro tiene todos los ingredientes y además de engancharte hasta el final, digamos que el final…, no, no lo voy a decir, lo mejor es leerlo, vivirlo y compartirlo. Felicitas Rebaque ha hecho una estupenda novela y lo que es más difícil, fácil de leer y que te engancha hasta el final.

Lo dicho acuérdese de leer  “Réquiem por mi mano ausente”, lo va a disfrutar.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.