Ha sido desarrollado a lo largo del presente curso, con el objetivo de mejorar la formación de los graduados y especialmente su proceso de evaluación.

Ángel Pérez Pueyo, Raúl Barba Martín y Carlos Gutiérrez García, profesores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (FCAFD) de la Universidad de León (ULE), han desarrollado a lo largo del presente curso un proyecto de aprendizaje-servicio (ApS) desde la asignatura de Fundamentos de Didáctica de la Actividad Física (FDAF), destinado a mejorar la formación de los futuros graduados.

El proyecto está inspirado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), formulados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2015, y concretamente en el ODS 3 (Salud y Bienestar) y en el ODS 4 (Educación de Calidad).

El ‘aprendizaje-servicio’ busca “unir el aprendizaje con el compromiso y la mejora social, es decir, -explica Pérez Pueyo- aprender haciendo un servicio a la comunidad”.

Al comienzo de curso se preguntó al alumnado sobre su trayectoria en el grado y se les solicitó que identificasen dos aspectos de su formación que considerasen que es preciso mejorar y que ayudarían a los futuros graduados. De manera prioritaria destacaron, como aspecto de mejora, la forma en que han sido calificados, sobre todo, al ir asociada una buena parte de la evaluación a la reproducción de contenidos (memorización).

Durante el desarrollo de la asignatura, entre otros contenidos, se abordó qué es la evaluación formativa y los requisitos para llevarla a cabo desde un enfoque formativo, así como los modelos pedagógicos (relacionados con las diferentes metodologías de aprendizaje que se pueden aplicar en educación física, en la actividad física y en el deporte) y cómo se deberían aplicar.

PROPUESTAS QUE PODRÁN SER APLICADAS EL PRÓXIMO CURSO

El siguiente paso, al finalizar la materia, consistió en presentar al profesorado una propuesta alternativa de evaluación, en la que se mostró a los docentes el protocolo de actuación y los instrumentos que los alumnos consideran más adecuados para lograr una mayor implicación en su proceso de aprendizaje.

La valoración final, tanto de los estudiantes (participaron voluntariamente en el proyecto 23 estudiantes, organizados en 7 grupos) como de los docentes de las asignaturas a las que se les han presentado las propuestas, ha sido positiva. “La experiencia ha sido muy satisfactoria, -explica Pérez Pueyo-, y con muchas expectativas de transferencia”.

Es importante destacar que las propuestas de evaluación presentadas son viables y podrán ser incorporadas el próximo curso desde un enfoque formativo, “con los ajustes que los docentes consideren necesarios”.

A modo de balance, el proyecto ha conseguido dar una mayor autenticidad a los aprendizajes que el alumnado adquiere en la materia cursada y ha elevado el nivel de compromiso con la asignatura, con la facultad y con la universidad en la que se forma profesionalmente. “También, -concluye Pérez Pueyo-, con la sociedad de la que ellos y ellas, sin duda, son el presente y el futuro”.