El Lenguaje de los Relojes de Sol:
NULLA FLUAT CUIUS NON MENIMISSE VELIS’.
“no pases ningún tiempo que no quieras recordar”
Visito la ciudad del Románico y la recorro de la mano de la amistad.
Me lleva a ver algunas de las 14 iglesias románicas con las que cuenta la capital zamorana, cada cual mas recogida y silenciosa. En todas ellas hay arcos, imágenes de Vírgenes o Apóstoles que indican a los fieles el camino a seguir para alcanzar la santidad.
La visitante hace votos por sus seres queridos y se maravilla de un arte, el románico, que traslada a la piedra austeridad y belleza.
Cada uno de los templos cuenta con una plaza que conforman un rincón especial donde esperar y si el frio arrecia, como ayer, calentarse con los tibios rayos de sol.
Zamora es una caja de sorpresas. Cada vez que la viajera se acera a esta ciudad encuentra algo nuevo, algo especial. Como esa Plaza de Santa Lucia formada por la Iglesia y el Palacio del Cordón. Un Palacio que alberga el Museo de Zamora. Una Plaza embellecida por placas de cerámica y especialmente por su Reloj de Sol.
La Iglesia románica fue construida a finales del siglo XII y es la más antigua de la localidad. Un estilo, el Románico que nació en Cluny, donde la Orden Benedictina tenía su Abadía más importante, cuando finalizaba el siglo X; llegó a España y a Zamora por el Camino de Santiago. Y en la pared de la basílica un Reloj de Sol con una inscripción: NULLA FLUAT CUIUS NON MENIMISSE VELIS’.
El traductor de Google no ayudaba con el latín, y la traducción que nos ofrecía era incomprensible.
Sin embargo puestas a indagar descubrimos su significado “QUE NO PASES NINGÚN TIEMPO, NINGUNA HORA, QUE NO DESEES RECORDAR”
También nos enteramos que existe una Asociación de “Amigos de los Relojes de Sol” que ha recogido 1022 divisas latinas de otros tantos Relojes Solares. Y que las han traducido, informando, que no siempre es sencillo- como pudimos comprobar- entenderlas.
La “divisa” -decía Boursier- es el lenguaje de un reloj solar, mientras que el Sol es como su alma. Muchos de los constructores de estos relojes han querido dotarles de este lenguaje, y en un gran numero los han hecho hablar en un idioma-el latín-, que ponía de manifiesto su alta clase intelectual, y que añadía un punto de esoterismo a los intricados dibujos que las horas itálicas, babilónicas, curvas de alturas, hipérbolas y otras líneas semejantes mostraban en Ia faz del cuadrante. Y también que las personas que no comprendían su significado pudiesen interpretarlo como una jaculatoria piadosa o, quizás, frase cabalística”. “El cuadrante solar, que nos indica Ia hora “verdadera”, se transforma por su leyenda en una cosa viva, que hace reflexionar a quien lo contempla sobre el tiempo y su inexorable transcurso”.
Habíamos dado un paseo que nos había abierto el apetito y que la amiga de la invitada realizaba por primera vez con alborozada alegría. Un recorrido por una zona que antaño perteneció al barrio medieval llamado Puebla del Valle. Las calles llevan nombre de oficios artesanales pues fue en esa zona, pegados al Duero, donde se asentaron los artesanos judíos
Nosotras solo queríamos saber la hora, cuando miramos el Reloj de Sol, pues había reserva para comer en un restaurante “La taberna Cuzeo” incluido en la Guía Michelin como Bib Gourmand-categoria que reconoce la relación calidad /precio.
Y allí llegamos, puntuales.
Después de saborear los exquisitos platos del restaurante y un postre-deliciosas torrijas- que puede competir con las que prepara el Restaurante Serrano, en Astorga, seguimos recorriendo la ciudad en su zona monumental y escuchando la preparación de los cantos de una Cofradía en el atrio de la catedral.
Una maravilla de voces masculinas bien timbradas.
Solo el frio nos obligó a retirarnos, pensando ya en volver a Zamora para descubrir otros rincones, y en una divisa de otro de los Relojes de Sol que nos gusta mucho..
SOLE ORTO SPEX, DECEDENTE PAX
AL SALIR EL SOL: ESPERANZA, AL PONERSE: PAZ”
Victorina Alonso Fernández.
Astorga en un di frio de abril con nieve y granizo.