Foto: Isaac Llamazares

Estamos a los días primeros del año, del año 1959, y estamos en una provincia del Oeste de España, que es, en lo que aquí todos conocemos como “La Raya”, ampliamente fronteriza con Portugal. El Estado Español está configurado como Reino de España, siendo su estructura de quince regiones españolas que organizativamente agrupan y vertebra a las 50 provincias españolas. Con tres de esas provincias españolas, las de Salamanca, Zamora y León, está conformada la unidad regional básica de la Región Reino Leonés, con una extensión de 38.491 km2 desde el año 1833 y más, y a mayores, su plena constitucionalización desde el año 1931. Su habitantes responden al gentilicio regional de leoneses y provincial de zamoranos.

 

La importante extensión de la provincia de Zamora -.- que es una invención de 1833, como las de las otras provincias españolas, del Gobierno Liberal con De Cea Bermudez  y Buzo (Francisco de Paula) -.- trajinada sobre proyectos anteriores de Bauza y Larramendi, por su ministro de Fomento, el granadino De Burgos y Del Olmo (D. Francisco Javier) -.- es muy amplia, con 10.661 km2, con multitud de núcleos de población agrupados en sus comarcas naturales, donde sus gentes están impelidas a los vaciados continuistas de los trasiegos poblacionales -.- léase emigración cuasi forzada -.-.

 

La lógica, natural y humana apetencia de progresar en los parámetros  de cada respectivo hábitat,  para disponer de unas ciertas y tangibles posibilidades de mejora en su calidad de vida, tanto cuantitativa como cualitativa, impulsa a la emigración, provocando en los pueblos zamoranos amplios desarraigos sociales, rupturas con la ambiental antropología de los espacios próximos de convivencialidad, fuerte despoblación, desasistimiento a las tareas laborales pretéritas, acusadas bajas de natalidad, acelerado envejecimiento, descapitalización, … 

 

Cualquier obra pública que se promueve, por empresas venidas de otras partes de España, en una de estas comarcas zamoranas, tanto en el año 1959 como en otros -.- sean anteriores y/o posteriores -.-, y  a falta de otro tipo de sostenibilidad pecuniaria alternativa, es tomada como un importante aporte de ingresos familiares para los habitantes que residen en los pueblos y  lugares de las cercanías de tales iniciativas foráneas, cuyas condiciones de vida, en tal temporalidad,  están bastantes distantes y con ostensibles diferencias de las que se desarrollan en los entornos urbanos de ciudades como León, Astorga, Zamora, Toro, Benavente, Salamanca,… .

 

Las obras desarrolladas por la Hidroeléctrica Moncabril en la comarca de Sanabria, de la provincia leonesa de Zamora, conocidos como los Saltos de Moncabril, respondía a una concesión del año 1947, del Ministerio de Obras Públicas, para la explotación  hidrográfica  de la cuenca alta del río Tera, que dió lugar, tras la esquematización técnica de los emplazamientos, al comienzo de las obras sobre el año 1950. La producción hidroeléctrica generada por los Saltos de Moncabril -.- y en unión a la producción de los Saltos del Sil, también de la misma empresa -.-, era destinada, en atención a contrastadas informaciones, a “la zona centro del país” con “especial incidencia en Madrid”.

 

Considérese que en tal zona centro y/o madrileña, convergían: (1º) la producción hidroeléctrica sanabresa; (2º) los emigrantes sanabreses; (3º) las materias primas sanabresas (carne, habones, etc.); (4º) los capitales en bancos de los sanabreses;…, todos y cada uno de aquellos sustentos que, de ser empleados en la propia comarca natural de Sanabria, de la provincia leonesa de Zamora, hubieran generado en  la misma amplias y expectantes sinergias de positividad.

 

Estamos en el año 1959, y en el día 9, con total nocturnidad, surge el desgarro de un estruendo, cual ronco alarido, en la presa de Vega de Tera, un descomunal torrente de agua se precipita por el cañón del cauce ribereño,…, 144 fallecidos por la avalancha de la riada provocada por la rotura de la presa,…, un lago enlutado con 116 desaparecidos,…, tal vez sepultados en el imaginario y/o posible sumergido poblado de Valverde de Lucerna.

 

Desde mis tiempos infantiles guardo fidedigna y precisa, la memoria en flases impactantes  de aquellos momentos, viendo pasar por delante de nuestra casa familia, en el barrio de San Lázaro de la leonesa ciudad de Zamora, los camiones del ejército español camino de Sanabria y hacia Ribadelago, …, el despliegue montado por la ayuda americana,… en unos impresionantes trailers nunca visto por estos nuestros lares, cargados hasta los topes, que llegaron hasta aquel rincón hispánico de los Montes de León.

 

Lo de Ribadelago fue lo que sí que fue, … en la forma que fue, y con el muy trágico desarrollo que fue,…, como también lo fue la constatable amplia solidaridad a niveles ciudadanos españoles, en todas y cada una de las quince regiones españolas, que las teníamos en el año 1959 con: [1°] Andalucía (87.278 km2 ;8 provincias); [2°] Aragón (47.668 km2 ; 3 provincias); [3°] Asturias (10.565 km2; 1 provincia); [4°] Baleares (5.014 km2;1 provincia); [5°] Canarias (7.273 km2; 2 provincias); [6°] Castilla La Nueva (72.363 km2; 5 provincias); [7°] Castilla La Vieja (66.107 km2; 8 provincias); [8°] Cataluña (31.930 km2;4 provincas) ; [9°] Extremadura (41.602 km2; 2 provincias); [10°] Galicia (29.434 km2 ;4 provincias); [11°] Reino Leonés 38.491 km2; 3 provincias); [12°] Reino Murciano (26.175 km2; 2 provincias); [13°] Navarra (10.421 km2; 1 provincia); [14°] Reino Valenciano (23,305 km2; 3 provincias); [15°] País Vasco (7.261 km2; 3 provincias). Las aportaciones constaban en los medios de comunicación de la época ¿ Que aportó cada región española en el año 1959 para mitigar la tragedia de Ribadelago?.

 

De esa tal y tan constatable solidaridad  fraternal española, del año 1959 hacia los habitantes de Ribadelago, ya hemos manifestado, en varias ocasiones, que necesita de un necesario, obligado y recto arqueo, región por región en todas las quince regiones españolas, que matice y aclare, región por región en las quince regiones españolas del año 1959, como lo dado de tantos ciudadanos españoles se encaminó y pudo llegar a tan pocos supervivientes sanabreses en Ribadelago.

 

A la completa memoria sobre Ribadelago.

Francisco Iglesias Carreño                                                                                                                                              Del Instituto de Estudios Zamoranos FLORIÁN D´OCAMPO