La Asamblea de Izquierda Unida León Local considera que las partidas asignadas a León en los Presupuestos Generales del Estado son, claramente, insuficientes. Para Carmen Franganillo, coordinadora local de IU “el recorte que León sufre en estos presupuestos es un nuevo golpe para uno de los territorios donde más se sufre la despoblación, la deslocalización y la desindustrialización. El recorte en inversión vuelve a poner en suspensión proyectos como la Plataforma Logística de Torneros y frena el desarrollo de alternativas de futuro como el Incibe, por poner algunos ejemplos”. 

Desde IU consideran que estos presupuestos mantienen la dinámica de olvido de un territorio que, históricamente, ha contribuido al desarrollo económico e industrial pero que, desde el inicio de la Reconversión Industrial y la aplicación  del Tratado de Maastrich de 1993 ha sufrido un constante abandono. En palabras de Franganillo, “lejos de luchar contra la España Vaciada, aumentando la inversión para articular una revitalización industrial, mejorando la conexión de León con otros territorios a través de las infraestructuras inacabadas o deficientes que año tras año posponen su finalización, potenciando las iniciativas que se van consolidando o desarrollando proyectos de atractivo turístico y cultural, nos encontramos con un freno que pospone el futuro de un territorio cada vez más al límite.”

En la misma línea, Víctor Bejega, secretario de organización, reclama “la necesidad de un Plan de Emergencia, como ya hemos exigido en numerosas ocasiones, que revierta la preocupante situación actual. Ese Plan de Emergencia, además de una deuda histórica con este territorio, debe considerarse como una urgencia para frenar la pérdida de población, el recorte de servicios y la falta de alternativas más allá de las recurrentes inversiones en proyectos que, como los Parques Eólicos, no generan ningún beneficio y si causan daños irreparables a nivel paisajístico y patrimonial.”

Para IU León Local, la aplicación de este Plan de Emergencia debería ser prioridad, tanto para el Estado como para el gobierno autonómico, para combatir la realidad de abandono y emergencia socioeconómica más allá de las promesas vacías que no suponen ninguna mejora, tal y como demuestran estos presupuestos.