La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha visitado el nuevo equipo de tomografía computerizada avanzada (TAC) ubicado en el Complejo Asistencial Universitario de León (CAULE) y específicamente diseñado para pacientes cardiológicos, que es único en España -y de los primeros en Europa- y que contribuye a implantar en dicho hospital un proyecto de excelencia dentro de Sacyl, a través de la Unidad de Imagen Cardiaca Avanzada, que será de referencia no sólo para los pacientes de las áreas de salud de León y Bierzo, sino también para los derivados de otras provincias.

Este equipo fue donado al CAULE por la Fundación CEPA a través de un convenio, fundamentado en el hecho de que las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las primeras causas de fallecimiento, y siendo uno de los objetivos recogidos en el IV Plan de Salud de Castilla y León avanzar en la atención a las personas con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares disminuyendo la morbilidad y la mortalidad.

Para la consejera de Sanidad, esta innovación tecnológica “va a suponer un gran avance en el diagnóstico de patologías cardiacas, además de impulsar la docencia y la investigación en este área de conocimiento, lo que va a permitir una notable mejora en la atención cardiovascular de la población, situando al Servicio de Cardiología del CAULE en la vanguardia nacional del diagnóstico cardiovascular”.

El scanner cardiaco del CAULE está en funcionamiento desde finales del año pasado, y puede obtener información tanto anatómica como funcional del corazón. Sus principales indicaciones son el estudio de las arterias coronarias; estudio pre-intervención de cardiopatías estructurales (implantación percutánea de prótesis aórtica, cierre percutáneo de orejuela de la aurícula izquierda, fugas peridispositivo, ablación de venas pulmonares, etc…); estudio de patología de los grandes vasos arteriales; y prevención cardiovascular “primaria”.

El funcionamiento del TAC está siendo integrado progresivamente en los procesos clínicos del área cardiológica, y se espera que a fin de año sea también parte integrante de las consultas de alta resolución, de la unidad de dolor torácico o de las unidades de prevención cardiovascular. Su integración en estas y otras unidades cambiará el enfoque actual referido al diagnóstico y tratamiento de las patologías cardiovasculares más prevalentes.

Hasta el momento se han realizado 616 estudios en todas las modalidades descritas, y se espera que el número de pacientes por día siga una tendencia creciente. Asimismo,  se espera integrar el TAC en docencia e investigación, como parte fundamental de desarrollo de la unidad.

La presencia del TAC impacta también en la solicitud de otras pruebas, de manera que la prueba de esfuerzo electrocardiográfica para detección de isquemia ha prácticamente desaparecido, como está ocurriendo en la mayor parte del mundo.

La unidad de imagen cardiaca del CAULE realiza además otras actividades, entre las que destacan las siguientes (memoria de 2020): ecocardiogramas transtorácicos (8.933); ecocardiogramas transesofágicos (369); ecocardiogramas de estrés (486); gammagrafías de perfusión, en conjunto con Medicina Nuclear (266); prueba de esfuerzo electrocardiográfica (176); resonancia cardiaca, en conjunto con Radiología (259); y Holter-ECG (1235).

El equipo donado por la Fundación CEPA González Díez permite obtener imágenes muy rápidas y precisas con baja dosis de radiación en las patologías cardiovasculares más complejas, incluyendo los pacientes con frecuencia cardíaca elevada y/o trastornos del ritmo. Su uso abre nuevas perspectivas en el diagnóstico de la enfermedad de las arterias coronarias, al permitir examinar todo el corazón y dichas arterias en una décima de segundo.

Se trata del primer equipo TAC especialmente diseñado por la industria para la patología cardiovascular, y entre sus ventajas se encuentra una cobertura completa del corazón, con un detector de 14 centímetros, la adquisición de la imagen en un sólo latido (sin las limitaciones de las alteraciones de la frecuencia y/o el ritmo cardiaco), un tiempo de adquisición medio Cardio-TC de 0.12 segundos, alta resolución espacial en todos los estudios, 280 cortes por rotación, algoritmos que permiten una ultra baja dosis (dosis media <1msv), y la realización de estudios no solo morfológicos, sino también funcionales (perfusión dinámica de miocardio).

En síntesis, la tecnología de este TAC se resume en más velocidad y en la creación de imágenes de las partes sanas y enfermas del corazón, que se pueden ver desde cualquier ángulo, de manera que pueden ayudar al médico a localizar problemas en la estructura del corazón y en la forma en que este bombea sangre. 

Aplicaciones clínicas

La aplicación de la TC (Tomografía Computerizada)  cardiaca es creciente y se puede estructurar en diferentes áreas, como por ejemplo la prevención cardiovascular en pacientes con riesgo de tener una enfermedad cardiaca, en los que la detección de aterosclerosis coronaria permite individualizar el tratamiento preventivo para optimizar el beneficio obtenido; o el diagnóstico anatómico y funcional de la presencia y severidad de la aterosclerosis coronaria en pacientes con dolor torácico, que es un síntoma muy común, y la causa más frecuente es la cardiopatía isquémica.

La TC cardiaca permite diagnosticar y excluir la aterosclerosis coronaria como causa del dolor tanto en pacientes que acuden con este síntoma al servicio de Urgencias (en la llamada unidad de dolor torácico) como aquellos con síntomas más “estables”. Ello permite adoptar medidas terapéuticas de forma rápida y eficaz, sin necesidad de recurrir a pruebas con inferiores rendimientos diagnósticos.

Otras aplicaciones son la evaluación de la severidad de valvulopatías, especialmente de la estenosis aórtica, una de las enfermedades valvulares más frecuentes en la población anciana; la evaluación preintervención de cardiopatías estructurales, como la implantación percutánea de válvulas aórticas, cierre percutáneo de la orejuela auricular izquierda, reparación valvular percutánea, ablación de fibrilación auricular; la evaluación y diagnóstico de complicaciones en patología infecciosa cardiaca, específicamente la endocarditis infecciosa; la evaluación de masas/tumoraciones cardiacas; y la patología de la arteria aorta, tanto aguda como crónica.

Como puede observarse, el impacto de la TC cardiaca en la atención del paciente con patología cardiovascular es enorme. Es preciso señalar que el potencial diagnóstico sobrepasa los límites de la medicina cardiovascular, pudiéndose extender hacia otras áreas médicas. Así, el diagnóstico de patología pulmonar frecuentemente asociada a la cardiaca (de especial interés en esta época post COVID) o de patología arterial periférica, requerirá de especialistas en imagen pulmonar o vascular (especialmente de radiólogos) que trabajen conjuntamente.