Tras varias reuniones con ONG y el banco de alimentos de León, Izquierda Unida pide a las instituciones leonesas y a la Junta de CyLeón una intervención de emergencia para paliar la situación.

Para Izquierda Unida, las subvenciones a estas organizaciones durante la crisis provocada por la pandemia son insuficientes, y la administración deriva demasiado en ellas la gestión de las ayudas. Los servicios sociales de León necesitan, además, un refuerzo en estos momentos. “Desde IU pedimos que se incrementen las ayudas directas desde lo público, y que se haga un estudio sobre el número de personas que necesitan ayuda para sobrevivir en este momento de crisis.”

Carmen Franganillo explica que “la situación es más grave aún en nuestra provincia puesto que la precariedad laboral que predominaba en la provincia antes de la crisis se ha agravado al quedar muchas personas en situación de desempleo, pero que, o bien trabajaban en la economía sumergida, o bien tenían contratos muy precarios, lo que ha significado un mayor desamparo de estas personas, que no pueden acceder al cobro de prestaciones por desempleo, o sus ingresos en los ERTES han sido muy bajos. Además, las bajas pensiones de la provincia, (fruto de los bajos salarios), incluidas las de viudedad, por discapacidad, rentas garantizadas de ciudadanía, hacen que las y los pensionistas estén, en ocasiones, en una situación precaria Por otro lado, existe un tipo concreto de familias de difícil integración social, y cuyo problema tiene que ver con la educación y la exclusión social, y que necesitaría de otros tratamientos diferenciados de la propias ayudas económicas.”

Para IU de León local, “sería importante que aumentaran las inspecciones laborales, a la vez que se hace un cambio estructural, mediante inversiones públicas, en el empleo en León, a la vez de que se facilita el acceso burocrático a ayudas y fórmulas eficaces de búsqueda de empleo. Queda claro que los mecanismos actuales son insuficientes. En Castilla y León, el mantenimiento de un tejido productivo precario y el desajuste entre las ofertas de empleo y el nivel formativo de la población y la creación de escuelas con nuevas salidas laborales adaptadas a las posibilidades de creación de nuevas fórmulas de empleo locales es causa directa para que la juventud leonesa siga optando por emigrar en busca de mejores oportunidades laborales en otros territorios. Por otro lado, las instituciones no han sabido aplicar políticas eficaces para retener empresas. Las subvenciones, o la cesión de suelo no crean empleo no deslocalizable y de calidad. Se debería apostar por la facilitación de la burocracia y la aportación tecnológica para empresas desde el sector público, además de mejorar el sistema de transporte. Y desde luego, por la creación de empresas públicas de diferentes sectores y el aprovechamiento de recursos propios. Además, CyL ha perdido el músculo financiero que tuvo a través de las cajas de ahorros públicas.”

El anuncio reciente de que 2500 leoneses y leonesas tuvieron que empeñar sus joyas en 2020 evidencia la situación económica de las familias de la provincia.

Ochocientas cincuenta familias dependen directamente del banco de alimentos, además de que reparten a otras organizaciones y comedores. Reciben ayudas de donantes de todo tipo, además de colaborar con otros bancos de alimentos de otras provincias, para intentar llegar al máximo número de personas posibles, pero están saturados. Desde IU quieren resaltar la importante labor que, desde el voluntariado hacen las personas que se dejan su tiempo trabajando en ello. Además, en este caso, no reciben subvenciones institucionales. Otras ONG sí que reciben subvenciones de la Junta, u otras instituciones. Además, existe un reparto de alimentos gestionado por el Ayuntamiento, con fondos europeos. Pero todas estas ayudas son insuficientes para paliar la situación actual en una provincia donde la juventud está emigrando constantemente por falta de empleo.

En cuanto a Cáritas, tiene un economato donde, con unos vales, las familias eligen su compra, una tienda de ropa, basado en la recuperación textil y la economía circular, y programas de inserción laboral, con lo cual, su actividad no se reduce al asistencialismo. Sin embargo, y para finalizar, Carmen Franganillo apunta que “desde IU echamos de menos que este tipo de acciones no se realicen desde lo público, y se deje al albedrío del voluntarismo social.”