Los grandes canales de riego de la Confederación Hidrográfica del Duero (CDH) son trampas mortales para todos los animales que se acerquen a sus aguas, tanto salvajes como domésticos. Un animal que caiga al agua no podrá salir. Destrozara sus pezuñas llegando a la carne incluso, intentando trepar por las paredes, como se observa en la foto. Esta dantesca muerte programada comenzó exactamente cuando las primeras aguas corrieron por los canales en los años de su inauguración en 1992 y 1993 aproximadamente. Es como se puede imaginar una muerte lenta y cruel con agotamiento y posterior ahogamiento.

Bajo la tutela de CHD la empresa Tragsa se encarga del mantenimiento y Rebisa recoge los animales muertos y los incinera. Ambas cumplen su función que no tiene relación con el problema. Pero a Tragsa a partir del 15/07/2020, el Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas de España (ACUAES),del Ministerio de Transición Ecológica, la encomendó la explotación, conservación y mantenimiento, de la zona regable de Los Payuelos (León). Hasta ahora aparentemente siguen ahogándose los animales como es habitual. ¿De quién depende acabar con la masacre ahora? Al principio, nos cuenta Miguel Fierro, Delegado de la Federación de Caza en León, algunos mastines se dieron buenos festines, incluso algunos animales todavía estaban agonizando. Fue en los comienzos. Ahora los buitres a veces tienen suerte aunque si continúan entrenándose pronto se dedicarán a cazar por sistema y abandonarán la carroña. Pero a la CHD no le causa aparentemente la mas mínima inquietud esta masacre. Aquí no hay tiros ni perros de caza persiguiendo a los animales; es el agua el verdugo y damos fe que nunca yerra. Es probable que no haya ningún medio de comunicación que no publicase algo al respecto, pero la CHD suele ser muy discreta en sus palabras. Y aparentemente considera que es parte del quehacer diario y pasa página, algo que lleva haciendo más de veinte años. Mientras, sus agentes vigilan con gran celo que no se corten varitas para las plantas de tomates de los huertos, en las orillas de los ríos. No, cuidado, es una especie protegida, no se puede cortar y sanción sobre la cabeza del pobre paisano que lo intente.

Mejor no tratar el tema de las aguas de riego en los pueblos que no tienen formada aún una Comunidad de Regantes, que aunque no tengan río o esté seco, habiendo pozos… la CHD aparentemente vigila todo menos los animales y alguna ave ocasional que se caiga al canal. No interesan, no producirán beneficios y en el peor de los casos, pérdidas, porque cuatro amantes de los animales aunque seamos cazadores malos, vamos a exigir soluciones, sino en este País, en la UE donde están sus ecologistas, sobre todo en el norte, ávidos de casos de maltrato animal. Y quizás, si tenemos suerte, a algún juez se le pueda ocurrir que esto es una forma punible de maltrato animal.

Pero ¿dónde están las asociaciones ecologistas y defensores de animales, en su mayoría preocupadas por la cruenta caza de estos animalitos en el bosque?. ¿Sentados en sus sillones intentando conseguir subvenciones?. Por supuesto que algo han llevado a cabo, publican y publican informes; escalofriantes fotos de animales muertos, pero nada pasa. Pisan poco campo. Jesús Calleja, esta vez en tierra, fue noticia por salvar un animal que se estaba ahogando, pero la noticia se transformó en pura anécdota, de hacer el bien y no mires a quien.

José Fernández, secretario de la Federación en León, realizó escalofriantes fotos de los montones de animales muertos extraídos de los canales con una máquina. Las fotos que nos suministró son dramáticas. Elegimos una de las menos hirientes.

En breve Miguel Fierro y José Fernández, conjuntamente con un voluntario, estarán probando unos sencillos sistemas para que los animales puedan salir del canal. Especie de rampas o mallas, porque aparentemente vallar los canales sería irrealizable por las razones de todos conocidas. Por cierto que hace muchos años, nos comenta  Fierro, que un equipo de la Universidad de Salamanca presentó un detallado informe de este problema ante la Junta, y como los archivos son muy grandes nunca prosperó.

¿A quién acudir para solucionar esta vergüenza nacional en los canales más afectados, Arriola que toma el agua del Porma y el de Payuelos que se beneficia del Esla? Muchos años reclamando inútilmente. Cientos de animales muertos.

Hoy por hoy, la única esperanza es confiar en nuestro Consejero de Fomento y Medio Ambiente Juan Carlos Suarez-Quiñones, que estando en un noble lugar, morada de aves cetreras, afirmó que se preocuparía del problema.

Sin duda con la CHD hemos topado y si no recibimos ayuda de la UE mal vamos. Lo intentaremos. La muerte programada está presente cada día.