La pila bautismal de uno de ellos, del siglo XVI, ha sido vandalizada y destrozada.

Pocas regiones en el mundo tendrán tanto patrimonio cultural como Castilla y León. Pero, en ocasiones, ese ingente legado no está todo lo cuidado que debiera. Hispania Nostra acaba de incluir en su Lista Roja del Patrimonio (www.listarojapatrimonio.org), que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato, dos monumentos castellanos y leoneses más, mientras que otro ha pasado a la Lista Verde del Patrimonio tras su reciente restauración.

Los dos monumentos que han engrosado la Lista Roja son la ermita de San Julián, en Castrillo de Sepúlveda (Segovia), y la iglesia y palacio de La Revilla, en Rozas (Burgos). El enclave que abandona el listado, tras su reciente restauración, es la cerca medieval de Almanza, en León.

La ermita de San Julián, en Castrillo de Sepúlveda (Segovia), se construyó en el siglo XI, pero no goza de ninguna protección legal específica. Descansa en un mirador natural, a unos cien metros de altura sobre el cañón del río Duratón, en un paisaje magnífico y dentro del propio Parque Natural de las Hoces del Duratón. Del edificio se conservan tres de sus paredes, el arco de ingreso, el acceso a una pequeña cripta y el presbiterio, realizado en sillería. El ábside fue desmontado y los capiteles pasaron a manos privadas. Conserva numerosas marcas de cantería comunes al románico sepulvedano. No tiene techumbre. Esta iglesia pudo estar asociada en la Edad Media a un núcleo eremítico dependiente de San Frutos del Duratón, pues parecen se contemporáneas (siglo XI) y en las inmediaciones se han encontrado numerosas cuevas que podrían haber sido utilizadas para tal fin. Muy cerca se conserva un silo o pozo de nieve que debió ser de uso habitual en el poblado que presidía, la Hoz de San Julián. Esta ermita habría sido la iglesia del citado despoblado medieval, desaparecido durante la Edad Moderna, aunque sus restos se conservaron hasta el siglo XX y aún hoy hay señales de su existencia. La Hoz de San Julián fue yacimiento arqueológico, donde se hallaron vestigios desde la Edad del Bronce. Muy cerca, se conservan pinturas rupestres en cuevas.

La iglesia y palacio de La Revilla, en Rozas (Burgos), tampoco goza de ninguna protección legal específica y se encuentran en estado de abandono total. La iglesia aún conserva los muros de piedra en su totalidad, pero la cubierta está prácticamente derruida; es por ello que su estado de deterioro avanza de manera irrevocable. No corrió la misma suerte el Palacio, ya que actualmente sólo quedan en pie algunos restos del perímetro de lo que fue la morada de los Señores de La Revilla. El cercado de sillería de piedra sigue en pie y en buen estado en varios de sus tramos, aunque la naturaleza lo cubra casi en su totalidad en la mayoría de ellos. La Iglesia es sin duda el elemento que mejor se conserva del complejo debido a que, a diferencia del Palacio, solamente lleva en desuso alrededor de 40 años. Está construida en su totalidad de sillería de piedra; piedra que actualmente no es fácil de distinguir por la abundante vegetación que pone en duda la estabilidad de sus gruesos muros. La entrada al templo está constituida por un arco románico de medio punto que todavía conserva la carpintería original. La puerta es de madera con herrajes de hierro forjado y aún se puede ver un tono verde pálido en la parte exterior. La Iglesia tiene una única nave de dos cuerpos rectangulares: el primero y el más alto, es el que corresponde a la torre del campanario, al cual le sigue otro cuerpo también rectangular pero de menos altura, donde se sitúa la nave principal del templo. El interior nos da la oportunidad de descubrir más información de la que nos aporta el exterior. Nada más entrar se encontraba la pila bautismal de piedra, que ha sido derribada y rota en varios fragmentos. La pila de agua bendita se conserva intacta pues fue tallada directamente sobre el muro de la Iglesia. Esta zona está cubierta mediante una bóveda de sillería de piedra, sobre la cual se encuentra el coro, que es la parte que mejor se conserva de todo el templo gracias a que se encuentra resguardado bajo la torre, la cual conserva su cubierta. Aquí se puede ver cómo las paredes de la iglesia estaban pintadas en blanco y decoradas con motivos azules. Toda esta zona contaba con luz natural gracias a un gran óculo situado sobre la puerta principal, el cual no se distingue desde el exterior debido a la vegetación. Desde esta zona también se podía acceder a la torre del campanario, de hecho, actualmente, todavía siguen en pie parte de las escaleras de madera que daban acceso a esta zona privilegiada. La cubierta de la nave está derrumbada casi en su totalidad, si bien se siguen distinguiendo cuatro capillas laterales decoradas con arcos de medio punto. La capilla mayor se encuentra en el ábside del templo, siendo de planta semicircular y acabada en un arco de medio punto.En la zona del altar mayor se encuentran los Escudos de Armas de los primeros Señores de La Revilla y sus esposas. El Palacio, por su parte, era almenado y contaba con una fuerte Torre. Aunque sepamos que esta información es verídica, es difícil imaginarse como debió de ser esta edificación, ya que actualmente solamente quedan en pie escasos restos de los muros de sillería de piedra que conformaban el Palacio. Todo el complejo de la Casa de La Revilla estaba protegido por un imponente muro de sillería de piedra que todavía se mantiene en pie, dándonos pistas de la gran importancia que tuvo la Casa en sus días de esplendor. El Patio de Armas se encontraba en frente del Palacio y era cuadrado. Aquí el muro de sillería tenía dos torres redondas en las esquinas que aún se distinguen.

Pero vayamos con la buena noticia: la incorporación a la Lista Verde del Patrimonio de la cerca medieval de Almanza, en León, levantada entre los siglos XII y XIII. Fue incluida en la Lista Roja en octubre de 2014, pero se han realizado en el último año dos actuaciones por un valor total de 250.000 euros. Una primera actuación denominada Restauración, consolidación y puesta en valor del tramo 1 de la muralla de Almanza, con una inversión de 200.000 euros, fue financiada al 90% por la Diputación Provincial de León y consistió en la reconstrucción del torreón caído y del tramo de la muralla que une el palacio medieval con el arco de entrada a la villa. Además, se restauraron los fragmentos de muralla y de torreón existentes en ese tramo así como el arco medieval. Una segunda actuación denominada Restauración, consolidación y puesta en valor del tramo 2 de la muralla de Almanza, con una inversión de 50.000 euros, fue financiada al 100% por la Junta de Castilla y León y consistió en la restauración de la muralla existente a partir del arco medieval, así como la reconstrucción de la cerca para consolidarla en las zonas donde se había perdido o estaba en mal estado. Almanza es una villa leonesa a orillas del Cea, fronteriza con el reino de Castilla cuyo origen se remonta a las repoblaciones de colonias mozárabes establecidas en el valle del Cea en la primera mitad del siglo X. En 1225 Alfonso IX otorgó el fuero a la villa. El casco histórico de Almanza, declarado Conjunto Histórico, consta de distintos monumentos y lugares de interés histórico como son los restos de la cerca medieval de la que aún se conserva una de las puertas de entrada de la muralla, arco sobre el foso, varios cubos y restos del palacio-castillo (Bien de Interés Cultural) y un espléndido puente medieval sobre el río Cea del siglo XII. El castillopalacio, encuadrado con cubos de mampostería en sus ángulos, data del siglo XV y fue construido sobre el anterior del siglo XII siendo testigo de multitud de batallas y vestigio histórico que, junto con sus cubos, puertas, arcos, muralla y cerca y foso que se conservan, dan fe del histórico emplazamiento del lugar. La villa estaba rodeada por una cerca ovalada medieval, construida en tapia de cal y canto de gran espesor y solidez. Ceñía la villa como una apretada faja con puertas abocinadas, de las que queda la muestra gótica de una de ellas. la cerca estaba protegida por cubos y rodeada por un foso que aún se aprecia. La torre del castillo estaba situada en el lugar que actualmente ocupa una torre moderna, asentada sobre los restos de tapia que formaban una doble muralla alrededor de él. El casco histórico ha sido declarado Conjunto Histórico y el castillo-palacio del siglo XV tiene la declaración de Bien Interés Cultural, en la categoría de Monumento, desde el 22 de abril de 1949. El resto carece de protección específica.