-¿Pero otra vez con el abanico Rosa? Le comentó Rosalina a su compañera de habitación al ver que un sofoco de esos que a la vez dan nerviosismo, hinchazón, desasosiego general, en fin… ahí lo dejo.

– Otra vez, ya ves, y yo que creía que ya no volverían, que ya había pasado este infierno, nunca mejor dicho, por lo del calor, no sé si me entiendes.

– Pues supongo que te entiendo, pero claro como a menda no le ha pasado, pues tampoco soy experta.

-Mucho mejor para ti hija mía, que esto aunque no es una enfermedad, es un quitaalegrías y una rémora muy agobiante.

– Bueno, pero sabrás que cuando la menopausia es muy molesta, los ginecólogos pueden ayudar, poniéndote un tratamiento adecuado.

– Si, tenía que haber hecho caso a mi ginecóloga cuando me recetó medicamentos para aliviar los efectos tan negativos de la menopausia. De aquella pensé que si mi madre lo había pasado, yo no iba a ser menos. ¡Qué equivocaciones cometemos a veces! También te digo que con los años, los síntomas van aminorando, menos mal, pero cuando piensas que ya se acabó, vuelve otro período de padecimientos a la carga.

Mordida existencial: El escrito anterior va dedicado a todas las mujeres que sufren efectos negativos, molestos y dañinos a causa de la menopausia, que no se limitan solamente a los sudores, aunque estos son terriblemente molestos y desconsiderados; la menopausia, también allana el camino a efectos depresivos en las mujeres, a la osteoporosis, a la falta de apetencia de relaciones íntimas, al insomnio, a…, cada mujer, podría rellenar los puntos suspensivos que acabo de anotar, con muchas sensaciones, malestares y dolores que acarrean a cada una, una menopausia con efectos negativos. Cierto es que hay mujeres que no pasan por estos padecimientos. Pero no es menos, cierto que con la falta de la menstruación, a las mujeres nos cambia el paisaje interno y el externo. Aunque creo, que todas las menopaúsicas, con mayor o menor grado de sufrimiento, somos el gremio de la experiencia, del tira p’alante, de sabiduría cotidiana, del saber disfrutar de lo que tenemos, de sacarle partido a todo lo que nos ha precedido, de empatizar con los demás, de dar amor. Por eso hoy os envío a todas un beso del tamaño de un útero.

Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo