La Universidad de León (ULE) quiere manifestar su profundo malestar por los hechos acontecidos ayer 16 de octubre en el Colegio Mayor San Isidoro los cuales condena con toda rotundidad.

Siempre hemos afirmado que la razón de ser de la universidad es formar ciudadanos comprometidos con la sociedad y dedicamos todos nuestros esfuerzos a ello, por lo que estos comportamientos absolutamente irresponsables nos consternan. Nuestros alumnos son adultos que actúan de acuerdo con un sistema de principios y valores conformado en todos los ámbitos de su vida (académico, familiar, social, etc.) pero no podemos dejar de sentirnos hasta cierto punto responsables de sus actuaciones también en la esfera privada, máxime cuando, como es el caso, ponen en riesgo la salud comunitaria.

Por ello, y una vez conozcamos los informes de los responsables de esta residencia universitaria y de la Policía Local, los alumnos que participaron en dichos hechos serán sancionados con arreglo a nuestra normativa. Cuando detectamos comportamientos sancionables, no evitamos la apertura de expedientes a nuestros alumnos, independientemente de que no se dé publicidad a ello.

Por el momento, se ha establecido para todo el alumnado residente un confinamiento preventivo, se ha activado nuestro Protocolo de Vigilancia y Actuación frente a la COVID-19 y su salud será objeto de seguimiento por nuestro Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Universidad de León (SIVEUle), lo que incluye realización de la PCR y evolución de la infección, si la hubiera. Este sistema es una iniciativa propia de la Universidad de León que, en coordinación con Atención Primaria, identifica, sigue y apoya las incidencias de salud relacionadas con la pandemia por COVID de nuestra comunidad universitaria y que conlleva un sistema de rastreo de contactos estrechos y realización de la PCR.

Desde el comienzo de la actividad lectiva y hasta ayer, los alumnos incluidos en este sistema han sido 630, 149 de ellos con PCRs positivas. A fecha de hoy, los casos con PCRs positivas son 81, con tendencia clara a seguir bajando, de los cuales ninguno es positivo en este momento en el Colegio Mayor. En ningún caso el contagio se ha producido en las instalaciones de actividad académica y las Consejerías de Sanidad y Educación reciben información continua de los casos seguidos.

Para que esta labor de vigilancia sea posible, contamos con 9 rastreadores costeados con fondos propios de la Universidad de León. Estos rastreadores son alumnos de los últimos cursos del Grado en Enfermería, que han recibido una formación adicional, y que están permanentemente supervisados por profesores expertos en Salud Pública. Forman parte de la gran mayoría de alumnos que están comportándose de manera responsable dentro y fuera de las aulas y de los que la sociedad no puede tener queja porque están cumpliendo con todas las medidas de seguridad y con las restricciones de movilidad y contacto social que están establecidas.

No consideramos justo que se quiera culpabilizar del incremento de contagios por COVID a la comunidad universitaria. Aun siendo un colectivo mayoritariamente muy joven, en nuestros campus, los universitarios están cumpliendo escrupulosamente las medidas de prevención y seguridad como también lo está haciendo nuestro profesorado y personal de servicios.

Aunque podría resultarnos ventajosa, consideramos desafortunada la comparación con otras universidades, pero no tenemos ninguna duda a la hora de afirmar que el control epidemiológico que estamos realizando es el adecuado y nos está permitiendo desarrollar con todas las garantías una docencia adaptada a la difícil situación que estamos viviendo. A pesar de ser la ULE la primera universidad de Castilla y León en iniciar la actividad lectiva, y una de las primeras de España, gracias a las medidas que hemos implantado (https://servicios.unileon.es/unidad-prevencion-riesgos-laborales/) y al esfuerzo de la comunidad universitaria, la evolución de casos que estamos teniendo es menos alarmante que la evolución total.